jueves, 29 de diciembre de 2011

CARTA A LOS MAESTROS. II




       CARTA A LOS MAESTROS Y PADRES DE FAMILIA. II

OÍR, ESCUCHAR, LEER, ESCRIBIR y HABLAR



Apreciados colegas y amigos.

En la  anterior carta me referí a la diferencia que existe entre memorizar y aprender. En esta oportunidad quiero tratar, en forma sucinta, otros asuntos de suma importancia en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

1º- Oír y Escuchar. Se trata de la diferencia que existe entre la  primera acepción que nos ofrece el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española de la palabra oír:  percibir con el oído  los sonidos”, de la primera y especialmente de la segunda acepción de la palabra escuchar: la primera, “aplicar el oído para oír”, y la segunda, “prestar atención a lo que oye”. Los estudiantes pueden estar tranquilos en las clases, aparentemente atentos a lo que dice el maestro o profesor, pero en realidad algunos están pensando en otra cosa, o prestando atención a otros sonidos. Por esta razón debemos estar pendientes de que todos los alumnos estén atentos a lo que les explicamos, y esto se logra haciéndoles preguntas. Hay alumnos a quienes les cuesta concentrarse, “que viven en la Luna”, divagando mentalmente. A esos alumnos debemos colocarlos en la primera fila y prestarles una atención especial, hasta cuando logren concentrarse en lo que están haciendo. 

2º- Leer. Esto está muy relacionado con lo que tratamos en la primera carta. La lectura debe ser comprensiva, es decir, que se debe entender lo que se está leyendo y si hay alguna(s) palabra(s) que no se conoce(n), se debe(n) buscar en el diccionario para ver su significado. De esta manera, no solo se logra comprender lo que se lee, sino que se enriquece el vocabulario, ya que uno de los problemas reside en el hecho de que muchos alumnos tienen un vocabulario muy reducido. Esto también lo debemos tener presente cuando explicamos algo. A veces, cuando le hacemos una pregunta a un alumno, éste nos responde “Yo lo sé, lo tengo en la punta de la lengua, pero no sé cómo decirlo”, y puede ser verdad, pero la pobreza de su vocabulario le impide decir lo que sabe. Esto explica también el porqué algunos alumnos usan “comodines”, es decir, una misma palabra para expresar diferentes ideas, por ejemplo, la palabra “vaina” o la palabra “coroto” y dicen “pásame esa vaina o ese coroto” que en este caso puede ser un balón, una raqueta, una balanza o cualquier otra cosa. Eso también puede suceder por pereza mental del alumno, cosa que igualmente debemos desterrar, lo mismo que la mala pronunciación de las palabras, como, por ejemplo, “purpo” en vez de pulpo, o el uso de “muletillas”, como “este” o “verdad” que se repiten, innecesaria y constantemente, en una conversación o disertación.

3ª- Escribir y Hablar, Una de nuestras preocupaciones debe centrarse en que nuestros alumnos tengan una buena redacción, es decir, que cuando escriban expresen sus ideas en forma clara. Y lo mismo deben  hacer cuando se expresen en forma oral. Cuando se trata de la escritura debemos prestarle mucha atención a los errores, a veces “horrores”, ortográficos que cometen. Una manera de corregir esto es haciendo dictados de un texto que tengan todos los alumnos, luego se les subrayan las palabras mal escritas para que cada alumno corrija sus errores con la ayuda del texto o de un diccionario y se fije bien como debe escribirse la palabra que le fue subrayada.

Saludos cordiales de su colega y amigo,

                                                Antonio Luis Cárdenas Colménter.

alcardenas@cantv.net

  

miércoles, 28 de diciembre de 2011

CARTA A LOS MAESROS Y PADRES DE FAMILIA. I


    CARTA A LOS MAESTROS Y PADRES DE FAMILIA I

        MEMORIZAR NO SIEMPRE ES COMPRENDER.                 

Apreciados colegas y amigos.

 En primaria, y de acuerdo con los criterios de la época, y como yo aprendía  de memoria, no fui un mal alumno, pero en el primer año de bachillerato en el Colegio Salesiano “Santo Tomás de Aquino”, en Valera,  tuve la suerte de tener como profesor de Biología al padre Ignacio Burk y el libro de texto que teníamos lo había  escrito él. El primer tema era La Célula, y como yo quería ser uno de los mejores alumnos, me aprendí al caletre (con puntos y comas) lo que decía  el Padre en su libro. ¿Cuál no sería mi sorpresa cuando me puso cero en el primer examen?. Al terminar la clase le pregunté si me había puesto ese cero porque creía que me había  copiado, ya que mi respuesta era exacta a lo que él decía  en su libro y le dije que si quería se lo decía  ahí mismo. Él me contestó que ese era mi error, porque lo que él nos había pedido era que nosotros le dijéramos qué era la célula y no lo que él  decía . Me llevó a su cubículo  y me dio otro texto escrito por otro autor y un libro de prácticas- Yo hice la práctica que consiste en hervir un huevo hasta cuando esté duro y, luego, partirlo por la mitad para ver claramente el núcleo, el protoplasma y la membrana. Leí el libro escrito por el otro autor que explicaba lo mismo, pero de otra manera. En la clase siguiente el padre Burk me pidió que pasara al pizarrón, me dio tizas de colores y me pidió que pintara una célula y explicara lo que ella es. Yo lo hice y el Padre dijo: ahora sí sé que usted sabe lo que es una célula, y me calificó con veinte puntos.

Esa fue una experiencia fundamental para mi, porque me di cuenta de la diferencia que existe entre memorizar y aprender.  Ejercitar la memoria es importante porque hay cosas, como nombres y fechas que, por su importancia, debemos recordar como, por ejemplo, el nombre y la localización de los estados del país, o la fecha del nacimiento del libertador Simón Bolívar. Pero lo más importante cuando leemos u oímos una explicación es entender porque de lo contrario no hay aprendizaje. Esto debemos tenerlo muy en cuenta los maestros y los profesores, porque no amaestramos a loros, sino que enseñamos a niños. Cometen un grave error quienes califican mal a un alumno porque no responde igual a lo que dice el libro o lo que ellos le han explicado, lo importante es que lo que diga con sus propias palabras esté bien.

Saludos cordiales de su colega y amigo.

                                                Antonio Luis Cárdenas Colménter

 alcardenas@cantv.net