domingo, 29 de enero de 2012

CARTA A LOS MAESTROS Y PADRES DE FAMILIA. VII


                          CARTA A LOS MAESTROS Y PADRES DE FAMILIA. VII
                                    LA PIEDRA ANGULAR DE LA EDUCACIÓN.

Apreciados colegas y amigos
La calidad de la educación depende fundamentalmente de los maestros y profesores. Podemos y debemos tener  magníficas edificaciones escolares, excelente material didáctico, muy buenos currículos y programas, una buena colaboración de la comunidad, pero si no tenemos buenos maestros  y buenos profesores no puede haber una educación de calidad para todos, y para tener maestros y profesores de calidad se requiere:

1º.- Que la sociedad entienda que la prioridad del país es la educación y que, en consecuencia, sepa valorar la trascendental labor que realizan los maestros y los profesores. Que esté consciente de que el futuro de sus hijos y del país depende, en gran medida, de la calidad y del compromiso de quienes educan a nuestros niños, adolescentes y jóvenes.

2º.- Que el Gobierno tenga como prioridad la educación,  porque de ella, y de la salud, depende la calidad de la población. Si el gobierno no se ocupa de la educación como es debido, el país no gozará del bienestar deseado, ni tendrá el desarrollo requerido en esta época caracterizada por el conocimiento y la información en la que se producen grandes avances y veloces cambios en la ciencia y en la tecnología y, en consecuencia, no podrá producir la riqueza que necesitamos y estaremos condenados a ser un país rentista, dependiente del petróleo que es un recurso no renovable y cuyo precio lo determina el mercado internacional. En pocas palabras, estaremos condenados a ser un país subdesarrollado del llamado tercer mundo.

3ª.- Que los maestros sean remunerados de acuerdo con la importante y delicada misión que les es encomendada, y que dispongan de una seguridad social, para ellos y para su familia, que les asegure la debida atención en caso de necesitarla. Los jubilados deben  conservar el mismo sueldo y la misma asistencia social que tenían cuando estaban activos. En ningún caso un maestro o un profesor graduado deben recibir un sueldo inferior al que reciben otros profesionales universitarios. Mientras los profesionales de la docencia tengan condiciones de vida inferiores a las de otros profesionales graduados en una universidad, la carrera docente será menos atractiva y a ella irán los estudiantes menos preparados, cuando lo deseable es que ella sea seleccionada por los mejores

4ª.- La formación de los docentes corresponde a la universidad, y las escuelas de educación y los institutos pedagógicos deben tener un trato especial y tomar todas las medidas necesarias para que esa formación sea de la mejor calidad. Considero que una de las fallas es la forma como los alumnos realizan las prácticas docentes. En este sentido, se debería retomar y actualizar la experiencia del Instituto Pedagógico Nacional, que ahora se llama Instituto Pedagógico de Caracas y forma parte de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Aquellas prácticas se hacían en el Liceo de Aplicación que tenía profesores cuidadosamente seleccionados y funcionaba en estrecha relación con el Pedagógico. Este tipo de prácticas, que necesita profesores especializados y escuelas y liceos de aplicación, resulta costoso y, en consecuencia, a las escuelas de educación y a los institutos pedagógicos se les debe aumentar el presupuesto. Algo similar a lo que ocurre con la formación de los médicos, que tienen hospitales clínicos universitarios y ambulatorios para las prácticas.

5º.- Para ser un buen maestro o profesor, no basta con una buena formación inicial, es también indispensable la formación continua o actualización permanente, que debe ofrecer la universidad y centros como el “Centro Regional de Apoyo al Maestro” que  funcionó en Mérida cuando existían las escuelas integrales. En un mundo de cambios tan veloces y profundos, como es el mundo de hoy, quien no se actualice permanentemente muy pronto caerá en la obsolescencia.

La educación de calidad es cara, pero mucho más caro resulta el no tenerla.

Cordiales saludos de su colega y amigo
                                                            Antonio Luis Cárdenas Colménter

alcardenas@cantv.net     

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