sábado, 4 de febrero de 2012

CARTA A LOS MAESTROS Y PADRES DE FAMILIA. XVI




         CARTA A LOS MAESTROS Y PADRES DE FAMILIA. XVI
                                         EL PLAN DE ACCIÓN
Apreciados colegas y amigos
El sistema educativo de un país, por su trascendental importancia, debe ser cuidadosamente planificado para que todos nuestros niños, adolescentes y jóvenes reciban una educación de calidad y, una vez terminados sus estudios formales, puedan seguir aprendiendo a lo largo de sus vidas para actualizar y enriquecer sus conocimientos. Por esta razón, la dirección y acción del Ministerio de Educación no se deben dejar al azar de cada día, y de ahí la importancia de un plan de acción que tome en cuenta la opinión de expertos y de la población y que, de acuerdo con sus resultados, sea permanentemente evaluado y, si es necesario, modificado. Un plan así concebido podría convertirse en una política de Estado y no de un determinado gobierno y haría posible la continuidad administrativa tan necesaria en el proceso educativo cuyos resultados definitivos no pueden medirse a corto plazo. Para que el plan sirva de orientación y pueda cumplirse debe ser ampliamente conocido por toda la población y especialmente por los educadores.

Cuando estuvimos al frente del Ministerio de Educación aprobamos y aplicamos un “Plan de Acción” de acuerdo con las más modernas tendencias pedagógicas que buscan adaptar la escuela a la “Sociedad del Conocimiento y la Información”, así como al mundo globalizado de hoy, y también para superar las graves deficiencias de nuestro sistema educativo. Este plan de acción estuvo centrado en tres objetivos fundamentales: elevar la calidad del servicio educativo, mejorar la eficiencia de la gestión educativa y salvaguardar la equidad social.

Para mejorar la calidad de la educación, se tomaron una serie de medidas y se diseñaron y pusieron en práctica varios programas. Se aprobó y aplicó un currículo para la educación básica que, apoyado en los otros programas, perseguía erradicar la tradicional escuela memorística y repetitiva, e implantar una escuela activa en la que los  alumnos participaran en la adquisición de sus conocimientos y el maestro fuera un guía para que,  como lo dice la UNESCO, ellos aprendieran a aprender, a ser, a hacer, a convivir y a emprender. No debo entrar en más detalles, sólo quiero resaltar el que una de las bases fundamentales de este currículo fueron los ejes transversales y se escogieron cuatro para la primera etapa de la educación básica: lenguaje, desarrollo del pensamiento, valores y trabajo y, a partir de la segunda etapa, se agregó ambiente.

En cuanto a los maestros, se puso en práctica un programa para su actualización permanente. Entre las acciones más importantes de este programa estuvo la creación, en siete estados, de los centros regionales de apoyo al maestro, similares al de Mérida, en cuatro estados estaban en construcción y en proyecto los de los demás  estados. También nos ocupamos del mejoramiento de la vida y del trabajo de los docentes, anualmente discutimos y aprobamos los contratos colectivos y en 1997 pudimos hacer un aumento de los sueldos que, en promedio, fue del 110%. Esto se pudo hacer gracias a que ese año el precio del barril de petróleo subió a 11 dólares.

Otros programas, de los cuales no daremos detalles en esta carta, fueron los proyectos pedagógicos de plantel y de aula, las bibliotecas de aula y escolares, la dotación de varias escuelas con salas de computación, la evaluación y medición del aprendizaje, Cada “Empresa una Escuela”, e impulsamos la construcción y dotación de escuelas y liceos.

Para el mejoramiento de la gestión educativa, aprobamos y pusimos en marcha la reorganización y descentralización del Ministerio.

La salvaguarda de la equidad social, que fue el tercero y último objetivo del Plan de Acción, ha sido siempre una de nuestras mayores preocupaciones, por cuanto existe una gran diferencia entre la educación que reciben las clases sociales más favorecidas en lo económico y cultural y la que reciben los más pobres. Por esta razón prestamos más atención a las escuelas públicas y a las privadas que reciben un subsidio, porque son las que atienden a los niños más necesitados. A estas escuelas les dimos prioridad en los programas como el de dotación de uniformes y útiles escolares y el programa de alimentación escolar. Este último no solo servía para alimentarlos, sino también para crearles hábitos sociales y alimenticios adecuados. Este programa atendía a 812.968 niños.

Cordiales saludos de su colega y amigo
                                                            Antonio Luis Cárdenas Colménter

alcardenas@cantv.net






No hay comentarios:

Publicar un comentario