miércoles, 28 de marzo de 2012

DESTRUIR LAS UNIVERSIDADES DE MAYOR PRESTIGIO Y TRADICIÓN


DESTRUIR LAS UNIVERSIDADES DE MAYOR PRESTIGIO Y TRADICIÓN
                                                                                                           Antonio Luis Cárdenas Colménter
Uno de los objetivos del actual gobierno es destruir las universidades de mayor prestigio y tradición, las que han formado y siguen formando a miles de profesionales bien capacitados, las que, en Venezuela, realizan la mayor cantidad de investigaciones y las que, además, contribuyen a divulgar la cultura y la ciencia. Este maligno deseo del actual gobierno se debe a que estas universidades defienden los principios democráticos, entre ellos, la libertad y no se someten a los designios de un gobierno y menos a los de un tecnócrata. Con la que se han ensañado más es con la Universidad Central de Venezuela que, como paradoja para un gobierno que se dice bolivariano, fue la que respetó y quiso más Bolívar entre las universidades de los países que él libertó y que en su época se llamaba Universidad de Caracas (1).
A continuación reproduzco el magnífico editorial publicado hoy por el diario El Nacional:  
A las 5 de la madrugada de ayer martes 27 de marzo un pelotón de pistoleros encapuchados tomó por asalto las instalaciones de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central. Pocos días antes habían sido incendiadas dependencias de la Facultad de Derecho. Estos episodios se suman a las agresiones armadas, incendios y destrucción que vienen traduciendo la política antiuniversitaria del régimen bolivariano. Las universidades autónomas han sido el objetivo militar y político del Gobierno.
En estos trece años de oscuridad, la UCV y los otros centros de educación superior han sobrevivido a una guerra incesante que ha tenido tres vertientes: en primer lugar, el discurso siempre agresivo e intemperante del Presidente de la República. En segundo lugar, la guerra económica. Los presupuestos de la UCV son siempre reconducidos, el Gobierno manipula los recursos del Estado y los utiliza de manera discriminatoria, como premios y castigos. En tercer lugar, el desamparo que la UCV padece en materia de seguridad como consecuencia de su autonomía y pluralismo.
Frente a una guerra oficial declarada y persistente, los ataques, tomas, atentados, secuestros, incendios, y como ahora, ocupaciones armadas de toda una facultad, nadie debe extrañarse de los avatares a que está condenada por la revolución bolivariana la primera casa de estudios de Venezuela. Es una verdadera vergüenza que un Gobierno se decida a obstaculizar el desarrollo y la marcha normal de instituciones como la UCV, dedicada a la formación de miles y miles de jóvenes.
Ante estos hechos bochornosos de encapuchados oficiales y de agentes del desorden armado, es inevitable señalar que la mayoría de altos funcionarios que el régimen utiliza para esta guerra son egresados de la propia UCV. La han traicionado y se han puesto al servicio de la sargentería que a través de la historia no ha cesado en el combate que las fuerzas retrógradas han desatado contra la cultura y la inteligencia.
Doblegados ante la barbarie, los egresados de la UCV que fungen de ministros o ideólogos del régimen militar se confabulan contra sus intereses, conspiran y tratan de estrangular la casa que los acogió, formó y protegió en no pocas ocasiones. Ya es hora de que dejemos de culpar a los sargentos. Por esta equivocación que tomó cuerpo en otras épocas, no pocos universitarios eludieron sus responsabilidades.
Nadie les pide a los universitarios del régimen bolivariano que renuncien a sus ideas. Sólo se les reclama que respeten las ajenas y comprendan que una universidad no es un cuartel. Que no le tengan tanto miedo al comandante. Deben ser un factor de moderación y de entendimiento porque de la cultura universitaria depende el futuro de la nación. Están en el deber de condenar estas acciones terroristas que destruyen el patrimonio universitario, atentan contra la libertad de cátedra, y crean zozobra en toda la comunidad.”
Mérida, 28/03/12

(1)    Ver en este mismo blog la CARTA A LOS MAESTROS Y PADRES DE FAMILIA. XXIV y el artículo titulado ACABAR CON LAS UNIVERSIDADES.

miércoles, 21 de marzo de 2012

ACEPTAR SIN REFLEXIONAR


                                                                    ACEPTAR SIN REFLEXIONAR
                                                                                                                Antonio Luis Cárdenas Colménter
Con bastante frecuencia aceptamos propuestas, modos de actuar, teorías o prohibiciones sin meditar detenidamente sobre las consecuencias que esto pude acarrear.
Cuando se trata de la educación de nuestros hijos o alumnos y actuamos de esa manera, las consecuencias pueden ser muy perjudiciales para cuando ellos sean mayores y también podrán afectar a sus familias y a la sociedad. Este es el caso, por ejemplo, de la teoría según la cual a los niños no se les debe castigar porque, presuntamente, pueden perder su autoestima, o también cuando se  prohibió la enseñanza religiosa en las escuelas. Afortunadamente cuando yo era niño no existía ni esa teoría ni esa prohibición, porque yo fui muy travieso y desobediente y necesitaba ser corregido tanto en la casa como en la escuela. Mis maestros, pero especialmente mamá, me corrigieron a tiempo y hoy es una de las cosas que más agradezco. 
La permisividad, o tolerancia excesiva ante las faltas y la desobediencia de los niños, atenta contra su debida formación y eso es una de las causas del mal comportamiento que hoy observamos en muchos jóvenes y adultos. Además, el actual presidente de nuestro país, que debería ser un ejemplo para la ciudadanía, usa un lenguaje vulgar, es intolerante y, en lugar de buscar la unión de todos los ciudadanos, los discrimina y fomenta una rivalidad que puede convertirse en odio y generar violencia.
 Cuando un niño comete una falta debe ser castigado, aunque en algunos casos basta con un buen consejo o una conversación que los haga reflexionar. Antes, a los niños que cometían una falta de cierta gravedad se les castigaba, en la casa con unos correazos o latigazos, y en la escuela con uno o dos palmetazos. Estos  castigos han sido reemplazados por otros como, por ejemplo, no dejarlos ir a ver una película, o no permitirles salir el fin de semana pero, como lo dijimos antes, a veces basta con una buena conversación que los haga reflexionar. Lo malo es que ahora se ha llegado al extremo de que algunos maestros que “dizque para no afectar la autoestima de sus alumnos” no les corrigen ni siquiera los errores que cometen en lo que escriben.
Pero así como es necesario castigar las faltas, también se les debe dar el buen ejemplo, estimularlos y premiarlos cuando merecen ser premiados. Lo importante es que desde pequeños aprendan a distinguir  entre lo que es correcto y lo que es incorrecto, así como la importancia que tiene ser reconocidos cuando obramos bien y ser castigados cuando cometemos una falta.
En cuanto a la enseñanza religiosa, como en nuestro país hay libertad de cultos, la religión no debe ser una materia obligatoria y, en consecuencia, la deben cursar solo los niños cuyos padres estén de acuerdo y según la religión que profesen. Todas las religiones tienen contenidos que pueden aprovecharse para afianzar los valores éticos, por ejemplo, los mandamientos de la ley de Dios que debemos cumplir todos los cristianos nos ayudan a reforzar en nuestros alumnos los valores éticos fundamentales.
Dos recomendaciones finales: 1º Los padres de familia y los maestros deben colaborar mutuamente en la orientación y oportuna corrección de los alumnos. 2º Los maestros deben tener el cuidado de corregir a sus alumnos sin desmerecerlos ante sus compañeros u otras personas, porque eso si puede afectar su autoestima.
Mérida, 21/03/12

domingo, 18 de marzo de 2012

QUÉ LE DEJAREMOS A NUESTROS HIJOS, NIETOS Y BISNIETOS


             ¿QUÉ DEJÁREMOS A NUESTROS HIJOS, NIETOS Y BISNIETOS?
                                                                                    Antonio Luis Cárdenas Colménter
Recibí un correo con el contenido de la entrevista que le hizo un reportero de O Globo, Brasil, al jefe de una organización criminal de Sao Pablo. Debido a que las respuestas del entrevistado me han preocupado profundamente, decidí escribir un artículo  para publicarlo en mí blog. En un principio pensé hacer citas de la entrevista, pero finalmente opté por copiar toda la entrevista  y hacer unos pocos comentarios al final.

 ENTREVISTA DEL MEDIO TELEVISIVO O GLOBO EN BRASIL AL CAPO CRIMINAL “MARCOLA”      
Marcos Camacho, más conocido por el sobrenombre de Marcola, es el máximo dirigente de una organización criminal de Sao Paulo (Brasil) denominada Primer Comando de la Capital (PCC).
Las respuestas de Marcola nos aproximan a lo que puede ser el futuro de la delincuencia común  en América Latina. 
                                                                                                                                                                                                                   O  Globo:¿Usted     Usted es  del  PRIMER  COMANDO  DE LA CAPITAL (PCC)?                                      
Marcola: Más que eso, yo soy   una señal de estos tiempos. Yo era pobre e invisible. Ustedes nunca me miraron durante décadas y antiguamente era fácil resolver el problema de la miseria. El diagnóstico era obvio: migración rural, desnivel de renta, pocas villas miseria, discretas periferias; la solución nunca aparecía… ¿Qué hicieron? Nada. ¿El Gobierno Federal alguna vez reservó algún presupuesto para nosotros? Nosotros sólo éramos noticia en los derrumbes de las villas en las montañas o en la música romántica sobre “la belleza de esas montañas al amanecer”, esas cosas… Ahora estamos ricos con la multinacional de la droga. Y ustedes se están muriendo de miedo. Nosotros somos el inicio tardío de vuestra conciencia social.
Globo: Pero la solución sería…                                                                                     
Marcola: ¿Solución? No hay solución, hermano. La propia idea de “solución” ya es un error.
¿Ya vio el tamaño de las 560 villas miseria de Río? ¿Ya anduvo en helicóptero por sobre la periferia de San Pablo? ¿Solución, cómo? Sólo la habría con muchos millones de dólares gastados organizadamente, con un gobernante de alto nivel, una inmensa voluntad política, crecimiento económico, revolución en la educación, urbanización general y todo tendría que ser bajo la batuta casi de una “tiranía esclarecida” que saltase por sobre la parálisis burocrática secular, que pasase por encima del Legislativo cómplice. Y del Judicial que impide puniciones. Tendría que haber una reforma radical del proceso penal de país, tendría que haber comunicaciones e inteligencia entre policías municipales, provinciales y federales (nosotros hacemos hasta “conference calls” entre presidiarios…) Y todo eso costaría billones de dólares e implicaría una mudanza psicosocial profunda en la estructura política del país. O sea: es imposible. No hay solución.
O Globo: ¿Usted no tiene miedo de morir?                                                                
Marcola: Ustedes son los que tienen miedo de morir, yo no. Mejor dicho, aquí en la cárcel ustedes no pueden entrar y matarme, pero yo puedo mandar matarlos a ustedes allí afuera. Nosotros somos hombres-bombas. En las villas miseria hay cien mil hombres-bombas. Estamos en el centro de lo insoluble mismo. Ustedes en el bien y el mal y, en medio, la frontera de la muerte, la única frontera. Ya somos una nueva “especie”, ya somos otros bichos, diferentes a ustedes. La muerte para ustedes es un drama cristiano en una cama, por un ataque al corazón. La muerte para nosotros es la comida diaria, tirados en una fosa común.                             
¿Ustedes intelectuales no hablan de lucha de clases, de ser marginal, ser héroe? Entonces ¡llegamos nosotros! ¡Ja, ja, ja…! Yo leo mucho; leí 3.000 libros y leo a Dante, pero mis soldados  son extrañas anomalías del desarrollo torcido de este país.  No hay más proletarios, o infelices, o explotados. Hay una tercera cosa creciendo allí afuera, cultivada en el barro, educándose en el más absoluto analfabetismo, diplomándose en las cárceles, como un monstruo Alien escondido en los rincones de la ciudad. Ya surgió un nuevo lenguaje. Es eso. Es otra lengua. Está delante de una especie de post miseria. La post miseria genera una nueva cultura asesina, ayudada por la tecnología, satélites, celulares, Internet, armas modernas. Es la mierda con chips, con megabytes.
O Globo: ¿Qué cambió en las periferias?                                                                    
Marcola: Mangos. Nosotros ahora tenemos. ¿Usted cree que quien tiene 40 millones de dólares como Beira Mar no manda? Con 40 millones de dólares la prisión es un hotel, un escritorio… Cuál es la policía que va a quemar esa mina de oro, ¿entiende? Nosotros somos una empresa moderna, rica. Si el funcionario vacila, es despedido y “colocado en el microondas”. Ustedes son el estado quebrado, dominado por incompetentes. Nosotros tenemos métodos ágiles de gestión. Ustedes son lentos, burocráticos. Nosotros luchamos en terreno propio. Ustedes, en tierra extraña. Nosotros no tememos a la muerte. Ustedes mueren de miedo. Nosotros estamos bien armados. Ustedes tienen calibre 38. Nosotros estamos en el ataque. Ustedes en la defensa. Ustedes tienen la manía del humanismo. Nosotros somos crueles, sin piedad. Ustedes nos transformaron en “super stars” del crimen. Nosotros los tenemos de payasos. Nosotros somos ayudados por la población de las villas miseria, por miedo o por amor. Ustedes son odiados. Ustedes son regionales, provincianos. Nuestras armas y productos vienen de afuera, somos “globales”. Nosotros no nos olvidamos de ustedes, son nuestros “clientes”. Ustedes nos olvidan cuando pasa el susto de la violencia que provocamos.
O Globo: ¿Pero, qué debemos hacer?                                                              
Marcola: Les voy a dar una idea, aunque sea en contra de mí. ¡Agarren a “los barones del polvo” (cocaína)! Hay diputados, senadores, empresarios, hay ex presidentes en el medio de la cocaína y de las armas. ¿Pero, quién va a hacer eso? ¿El ejército? ¿Con qué plata?
No tienen dinero ni para comida de los reclutas. Estoy leyendo “Sobre la guerra”, de Clausewitz. No hay perspectiva de éxito. Nosotros somos hormigas devoradoras, escondidas en los rincones. Tenemos hasta misiles anti-tanque. Si embroman, van a salir unos Stinger. Para acabar con nosotros… solamente con una bomba atómica en las villas miseria. ¿Ya pensó? ¿Ipanema radiactiva?
O Globo: Pero… ¿No habrá una solución?Marcola: Ustedes sólo pueden llegar a algún suceso si desisten de defender la “normalidad”. No hay más normalidad alguna. Ustedes precisan hacer una autocrítica de su propia incompetencia. Pero a ser franco, en serio, en la moral. Estamos todos en el centro de lo insoluble. Sólo que nosotros vivimos de él y ustedes no tienen salida. Sólo la mierda. Y nosotros ya trabajamos dentro de ella. Entiéndame, hermano, no hay solución. ¿Saben por qué? Porque ustedes no entienden ni la extensión del problema. Como escribió el divino Dante: “Pierdan todas las esperanzas. Estamos todos en el infierno”. Los Argentinos ya están dentro del sistema nuestro mayor logro fue el garantismo jurídico el progresismo y la corrupción política y policial, ellos pronto estaran peor que nosotros porque tienen la guerrilla ya instalada que apoya cualquier tipo de caos.”
Comentarios.
Yo considero que en el diagnóstico que hizo “Marcola” sobre las causas que dieron origen a la violencia que hoy nos azota, hay cosas en que él tiene bastante razón. A la pobreza no se le dio  importancia y se dejó crecer hasta convertirse en uno de los mayores y difíciles problemas que tenemos que solucionar. Una de las características de la América Latina es la gran injusticia que existe en la distribución de la riqueza entre los diferentes sectores de la población. Las clases sociales pobres (D y E) han ido creciendo y se han incrementado aun más con las migraciones del campo a las ciudades donde se concentran en barrios o villas miseria, mientras que la clase social con mayores recursos (A) se enriquece cada día más y la clase media (C), que es la base fundamental para una sociedad más justa, se ha estancado. La eliminación o reducción de la pobreza a un número lo más pequeño posible, no ha sido, ni es, una prioridad para los gobiernos. Además, medidas como la de las expropiaciones al margen de la ley y la falta de subsidios a los productores han incrementado la escasez de productos, lo cual unido a otras decisiones igualmente equivocadas, como el control de precios, han incrementado la inflación en nuestro país hasta llegar a ser la más alta del Continente durante los últimos cinco años (en el 2008, según cifras del FMI y del Banco Central de Venezuela, la inflación fue del 28,9%). Esta elevada inflación es aún mayor en el rubro de los alimentos y afecta en especial a los más pobres. En Brasil se han comenzado a tomar medidas positivas, en cambio en nuestro país a los pobres se les ensalza en los discursos, se les fortalece la conciencia de clase, se les dice que ser pobre es bueno, se les hace creer que tienen el poder, se les contenta con dádivas o servicios de segunda, pero no se les estimula ni se les proporcionan los recursos necesarios para que salgan de la pobreza, porque mientras existan y se puedan engañar, se utilizan como un instrumento  político para mantener en el poder a un autócrata que domina todos los otros poderes públicos. El resolver este problema, es decir, reducir la pobreza al mínimo posible e implantar verdaderos gobiernos democráticos debe ser una de las metas a alcanzar por los próximos gobiernos. En lo que no estamos de acuerdo con Marcola es en que para hacerlo se necesita una “tiranía esclarecida”, al contrario, lo que se necesita es una democracia verdadera, al frente de cual esté un estadista con una larga visión de futuro y con voluntad política para acabar con la corrupción y con las desviaciones de un exagerado burocratismo que nos ata las manos.

Marcola acierta también en muchas de las cosas que dice que se deberían hacer, pero agrega que para eso se necesitarían muchos millones de dólares, lo cual es cierto. Venezuela ha tenido esos millones de dólares en los trece años del actual gobierno como consecuencia de los altos precios del petróleo y de los cuantiosos préstamos que ha recibido, pero el presidente los ha regalado y sigue regalando a otros países o los malgasta en la compra de chatarra bélica para tratar de impresionar con pomposos desfiles militares. Además del subdesarrollo y de la fuga de cerebros, quedará una deuda de tal magnitud que pesará sobre varias generaciones. Entre las cosas que Marcola señala para una solución (que él considera imposible) está la necesidad de una revolución educativa y, en otra parte de la entrevista, dice que ellos se educan en el más absoluto analfabetismo y se diploman en las cárceles. Esto también tiene mucho de verdad y los próximos gobiernos deben tener como su principal prioridad dar a toda la población, y en especial a los más pobres, una educación de calidad. Igualmente, nuestras cárceles deben convertirse en  centros de orientación y educación para el trabajo para que quienes fueron condenados por haber cometido un delito, salgan de ellos  como ciudadanos respetables, útiles para la sociedad y para el desarrollo del país.

Queda mucho de esa entrevista para reflexionar y comentar, pero yo prefiero detenerme aquí en espera de que mis lectores hagan sus propias reflexiones y comentarios.

Mérida 17/03/12.

martes, 13 de marzo de 2012

PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR


                                                                 PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR

                                                                                                                Antonio Luis Cárdenas Colménter

¿Cuál hubiera sido el futuro de Venezuela si en 1945 el doctor Diógenes Escalante, candidato por consenso  para ser nombrado presidente de la República al terminar el mandato del general Isaías Medina Angarita, no se hubiera enajenado mentalmente? ¿Qué hubiera sucedido si en 1993 no hubiera sido destituido el presidente Carlos Andrés Pérez? ¿Cuál sería el futuro de Venezuela si el actual presidente en vez de regalar nuestras divisas producto de los extraordinarios precios del petróleo, o de malgastarlas en chatarra militar para pomposos desfiles militares, los  invirtiera en el desarrollo de la ciencia y la tecnología? ¿Cuál sería nuestro futuro si esas divisas se hubieran utilizado para que toda la población tuviese una educación de calidad y un buen sistema de salud y seguridad social? ¿Cuál sería el futuro si en vez de atacar a las mejores universidades, se les hubiera dado el presupuesto necesario para su desarrollo y el bienestar de su personal y de sus estudiantes? ¿Cuál sería el futuro si el petróleo se hubiera “sembrado” en la formación de una población de calidad, capaz de utilizar nuestros inmensos recursos naturales y humanos en la producción de la riqueza que necesitamos para el bienestar de toda la población y el desarrollo del país? ¿Qué pasaría si se invirtiera parte de esos recursos en la formación de emprendedores y se les facilitara el financiamiento para sus empresas? ¿Qué hubiera pasado si en vez de convertir a Venezuela en un país importador de casi todo lo que necesitamos para la subsistencia, fuésemos exportadores de los excedentes de lo que produjéramos? ¿Cuál sería nuestra situación si el gobierno actual respetara la propiedad privada como lo ordena la Constitución?

¿Cuál sería el futuro de Venezuela si en vez de querer imponer una sola manera de pensar como si fuera una verdad absoluta que ha fracasado donde se ha implantado se enseñaran todas las corrientes del pensamiento con entera libertad? ¿Cuál sería nuestro futuro si todos fuésemos iguales ante la ley y respetáramos y cumpliéramos lo que manda la Constitución? ¿Cuál sería nuestro futuro si los poderes públicos estuvieran constituidos por personas íntegras capaces de actuar con plena autonomía y absoluta justicia? ¿Cuál sería nuestro futuro si tuviésemos como presidentes a verdaderos estadistas que no se limitaran al presente sino que fueran capaces de mirar hacia un futuro lejano? ¿Cuál sería nuestro futuro si fuésemos capaces de crear un plan, no para un gobierno, sino a largo plazo y asegurar la continuidad en su ejecución? ¿Qué sucedería si tuviéramos funcionarios de carrera que no fueran sustituidos cada vez que hay un cambio de gobierno?

En fin, ¿Cuándo pensaremos en Venezuela y no solo en nosotros? ¿Cómo nos juzgarán las futuras generaciones?

Mérida, 11/03/12 

viernes, 9 de marzo de 2012

UN NUEVO CAMINO PARA LA EDUCACIÓN EN VENEZUELA


                                    UN NUEVO CAMINO PARA LA EDUCACIÓN EN VENEZUELA
                                                                                    Antonio Luis Cárdenas Colménter
Henrique Capriles Radonski, candidato de la Unidad para las próximas elecciones presidenciales, señala que en su gobierno la prioridad será la educación
Venezuela posee tantos y tan variados recursos que podría ser una de las naciones más desarrolladas del mundo y tener uno de los más altos niveles de vida. Sin embargo, es un país subdesarrollado y, según un estudio hecho en el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello, en el 2007 teníamos 48,7% de la población en estado de pobreza, a pesar de que el precio del barril de petróleo que era de nueve dólares en 1998, en los últimos trece años ha estado por encima de los cien dólares. Esta contradicción se debe a que no somos capaces de utilizar nuestros recursos para producir la riqueza que necesitamos y esto solo se puede resolver con una educación de calidad para toda la población. Pero para alcanzar esta meta no basta con que la educación sea la prioridad para el presidente de la República, también es indispensable que lo sea para la mayoría de la población. Si esto se logra, estoy seguro que Venezuela alcanzaría un desarrollo similar al que hoy tienen algunos países de Asia que hasta hace no muchos años tenían unas condiciones de vida inferiores a las de nuestro país para la misma época.
Para tener una educación de calidad para todos se deben hacer cambios fundamentales en la concepción educativa que tiene el actual gobierno.
Lo primero que debemos hacer es suspender la nociva, obsoleta y determinante influencia cubana porque su objetivo es eliminar la libertad de pensamiento para adoctrinar a los alumnos en una sola manera de pensar, es decir, en una verdad absoluta que todos deben aceptar sin discusión, lo cual explica el porqué se prohibió que en las escuelas se utilicen libros que no sean publicados por el gobierno, así como la dotación de las escuelas con computadoras “Canaima” en las que solo se puede consultar lo que ya ellas traen como información y sin posibilidad de conectarse con Internet. Convertir a nuestros niños en especies de robots que veneren a un líder absoluto y repitan sin pensar y sin entender lo que les ordenan que digan, es un crimen. La orientación de nuestra educación la debemos decidir nosotros de acuerdo con nuestros principios, tradiciones y experiencias, y con las más modernas y exitosas tendencias pedagógicas de la sociedad del conocimiento y la información que caracteriza a los países más desarrollados del mundo. En nuestras instituciones educativas se deben enseñar y respetar todas las corrientes del pensamiento con el objeto de formar ciudadanos para la democracia: reflexivos, críticos, amantes de la libertad, responsables, solidarios y capaces de producir la riqueza que se necesita para el bienestar de la sociedad, el desarrollo del país y el avance del conocimiento. Nuestras escuelas deben, como dice la UNESCO, enseñar a ser, enseñar a hacer, enseñar a aprender y enseñar a emprender, pero todo con la más absoluta libertad.
Este gobierno ha creado programas educativos independientes del Ministerio de Educación. Un nuevo gobierno debe reunificar el sistema educativo bajo la responsabilidad y orientación de ese ministerio y retomar el programa que había iniciado el gobierno anterior para su reorganización y descentralización. De acuerdo con ese programa el Ministerio de Educación, como ente rector, debe establecer las políticas y los programas educativos a escala nacional, supervisar y evaluar el cumplimiento de esas políticas y esos programas, tomar las medidas necesarias para evitar los desequilibrios entre las diferentes regiones y sectores de la población, pero debe dejar la ejecución de las políticas y los programas a los gobiernos estadales y municipales y a las propias instituciones escolares y sus comunidades. Debido a la variedad y complejidad de las actividades educativas es imposible dirigirlas eficientemente desde la sede central del Ministerio sin conocer lo que sucede en cada localidad y en cada escuela. Esa eficiencia solo se puede lograr con la participación y la corresponsabilidad de los gobiernos regionales y municipales y de cada escuela, colegio o liceo, es decir, con la descentralización.
Se debe fortalecer la educación pública y apoyar la educación privada, particularmente aquella que se ocupa de las clases sociales con menos recursos como la que existe en los barrios y en las zonas rurales y la que imparten organizaciones como Fe y Alegría cuya finalidad es dar una educación de calidad a los más necesitados.
A este gobierno no le interesa que se haga una evaluación seria de la educación, realizada técnicamente y con la mayor imparcialidad, porque ella revelaría la verdad y le imposibilitaría mentir para hacer propaganda. En 1998 aplicamos por primera vez elSistema Nacional de Evaluación y Medición del Aprendizaje”. Esta evaluación debe hacerse cada año, o cada dos años, en escuelas cuidadosamente seleccionadas con el objeto de medir el nivel de aprendizaje en tercero, sexto y noveno grados de la educación básica y  comparar los resultados obtenidos en  las diferentes regiones del país, entre los distintos sectores de la población y con otros países. Además necesitábamos saber los resultados de la reforma curricular y de los nuevos programas. Lamentablemente el gobierno actual no lo continúo, pero un nuevo gobierno  debería reimplantarlo o reemplazarlo por otro que persiga los mismos objetivos como, por ejemplo, PISA (Programe for International Student Assessment) en el cual participan 65 países y recientemente se comenzó a aplicar en el estado Miranda. Con este tipo de evaluación  podemos conocer con bastante precisión la calidad de la educación que impartimos y su evolución, las diferencias entre estados, municipios, sectores de la población, podemos hacer comparaciones con otros países y podemos tomar medidas para superar las deficiencias.
Se le deben restituir los objetivos originales al INCE y quitarle las obligaciones que se le impusieron y que entorpecen el cumplimiento de las funciones para las que fue creado. Esta institución al igual que las escuelas técnicas, deben recibir todo el apoyo necesario para que cumplan a cabalidad su importante misión.
Mientras la profesión docente sea considerada como si fuese inferior a las otras profesiones universitarias, no tendremos una educación de calidad. El educador es el más importante de los profesionales, porque de su vocación, preparación, mística y dedicación depende la calidad de los otros profesionales y de la población en general. Ya lo decía Bolívar “Este empleo será el más considerado, y los que lo ejerzan serán honrados, respetados y amados como los primeros y más preciosos ciudadanos de la República.” Pero lamentablemente hoy es todo lo contrario y los salarios que reciben y su seguridad social son la mejor demostración del poco aprecio que les dispensa el Estado. Mientras a los docentes no se les asigne una remuneración y una seguridad social igual o superior a la que reciben otros profesionales universitarios esta profesión no será atractiva y,  como consecuencia, los mejores estudiantes seleccionan otras carreras y un buen número de los que se inscriben para cursarla no tienen vocación para la docencia y lo hacen porque  no están capacitaados para estudiar lo que ellos desean. Otra de las consecuencias es el elevado déficit de educadores, especialmente en las áreas científicas, razón por la que se ha llegado al extremo de graduar bachilleres que no han visto matemáticas, física u otras materias que forman parte del currículo.
 Como tradicionalmente se hacía en Venezuela, se debe permitir la enseñanza religiosa en las escuelas como una materia no obligatoria que debe ser cursada de acuerdo con la fe que profesen los alumnos y con la anuencia de los padres. Para esta materia se deben dejar dos horas libres a la semana.
La selección de nuevos docentes, directivos y supervisores no debe ser hecha como se hace actualmente, sino por concursos para seleccionar a los que tengan más méritos, sin tomar en cuenta factores como la tendencia política, la religión, el sexo o la institución donde hayan obtenido el título.
Se deben sincerar las estadísticas para que la información oficial que en ellas se ofrece sea confiable y se debe desterrar la mentira para hacer propaganda política, un buen ejemplo de esto lo tenemos en la tan cacareada pero falsa información sobre la eliminación total del analfabetismo en nuestro país.
Se deben revisar con todo detenimiento los acuerdos que en materia educativa ha firmado el actual gobierno con otros países, en especial los que se han firmado con Cuba que tienen como su principal finalidad, no declarada, el adoctrinamiento político.

El actual gobierno ha echado por tierra muchos de los valores tradicionales del pueblo. Los venezolanos, con sus excepciones como es natural, rechazamos el irrespeto, la mentira, la vulgaridad, la agresividad y, en general la indecencia y, en consecuencia, nos asombra que altos funcionarios públicos y la televisora del Estado  irrespeten a los ciudadanos, mientan constantemente y lleguen a afirmar que “no hay nada más peligroso que la verdad”, usen palabras vulgares hasta el punto de que cuando hablan por televisión las emisoras privadas tienen que  suprimirlas con un pito y la agresividad ha conducido a la inseguridad. Ante esta situación el próximo gobierno deberá caracterizarse por su decencia, en las escuelas se deberá otorgar mayor atención a los valores que se deberán restituir en el currículo como el  eje transversal más importante.
A las universidades se les debe apoyar y respetar ya que de ellas depende el desarrollo del conocimiento humanístico, científico y tecnológico al más alto nivel, y sin ese conocimiento y sin el apoyo a la investigación y a la creatividad, Venezuela nunca llegará a ser un país libre y desarrollado porque  siempre dependeremos de otros países para la solución de muchos de nuestros problemas. El actual gobierno se ha empeñado en que las mejores universidades del país se estanquen o se paralicen y para ello, desde hace algunos años, les congeló el presupuesto, desconoce los derechos de sus profesores, estudiantes, empleados y obreros, no discute los contratos ni aplica las normas de homologación, se apropia de bienes que pertenecen a  esas universidades y no solo permite sino que apoya a bandas de facinerosos armados que las atacan y destruyen valiosas obras. Al mismo tiempo crea universidades mediocres en las que para ser admitido como profesor, estudiante, empleado u obrero el único requisito es apoyar al gobierno y a la ideología que el presidente quiere imponer. Estas nuevas universidades, o las que ya existían pero que se han plegado al gobierno, gradúan profesionales a granel y sin la debida preparación, como es el caso de la primera promoción de médicos integrales comunitarios que se realizó el 16/02/12 en la que se graduaron 8.129 estudiantes y para esa  fecha estaban entre el primero y el quinto año otros 22.604 estudiantes.
Un cometido bien delicado que tendrá un nuevo gobierno es la evaluación de los conocimientos que puedan haber adquirido, en los diferentes niveles de la educación venezolana, los estudiantes que se graduaron por medio de programas como el de las misiones Robinson, Sucre, Rivas y los que obtuvieron y obtengan el título de médicos integrales comunitarios, ya que se trata de venezolanos que deseaban superarse y fueron engañados y utilizados para hacer propaganda política. A estas personas, en su mayoría jóvenes, debe dárseles una oportunidad para que se preparen debidamente y esos programas deben ser eliminados.
Mérida, 08/03/12.






sábado, 3 de marzo de 2012

LA IMPUNIDAD


                                                            LA IMPUNIDAD
                                                                                      Antonio Luis Cárdenas Colménter
Varios familiares y amigos me han escrito para felicitarme por lo que escribí en relación con el profeta Isaías. Una de esas personas es un querido primo que me envió un bello mensaje en el que se manifiesta de acuerdo con lo que digo en el artículo, pero me dice que lo que no se debe permitir es la impunidad, y tiene razón porque si no se hace justicia se estimula el crimen y se atenta contra los derechos humanos.
Lo que dijo Isaías está en la Biblia y en ella encontramos también varios ejemplos de severos castigos a quienes actuaban contra la ley de Dios. En el Génesis, por ejemplo, se relata el castigo que recibieron Adán y Eva por su desobediencia. Recordemos la destrucción de Sodoma y Gomorra, dos ciudades caracterizadas por una profunda y generalizada corrupción que se negaron a escuchar lo que les decía Lot para que se enmendaran y tomaran el camino de la salvación, y como último ejemplo, recordemos también que el propio Jesús de Nazaret expulsó a los mercaderes del templo porque estaban profanando la casa de Dios. Estos ejemplos nos demuestran que, sin desconocer la importancia del perdón y la reconciliación, la impunidad es inadmisible cuando se actúa apegado a la justicia. 
Si nos referimos a hechos recientes, encontramos que el 8 de febrero de 2005 la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas promulgó un documento sobre la impunidad.  En ese documento se declara como primer principio que “La impunidad constituye una infracción de las obligaciones que tienen los Estados de investigar las violaciones, adoptar medidas apropiadas respecto de sus autores, especialmente en la esfera de la justicia, para que las personas sospechosas de responsabilidad penal sean procesadas, juzgadas y condenadas a penas apropiadas, de garantizar a las víctimas recursos eficaces y la reparación de los perjuicios sufridos, de garantizar el derecho inalienable a conocer la verdad y de tomar todas las medidas necesarias para evitar la repetición de dichas violaciones.”
Lamentablemente, a pesar de esa declaración y debido a los intereses de los países representados en la ONU, son contados los casos en que esa institución ha tomado medidas para evitar la impunidad, a pesar de que a ella se llevan cientos de casos en los que se incluyen las violaciones que se cometen en nuestro propio país. Pero yo espero que el nuevo camino que se nos ofrece sepa hacer justicia.                                           
Mérida03/03/12
educacionalcardenasc.blogstop.com

]


viernes, 2 de marzo de 2012

EL PROFETA ISAÍAS


                                                                EL PROFETA ISAÍAS
La primera lectura de la hoja que publicó la arquidiócesis de Mérida el domingo 19 de febrero próximo pasado, se refiere a lo que el profeta Isaías (43 18-19 21-22 24b-25) dijo a Jacob y al pueblo de Israel, en la que textualmente se lee “Así dice el Señor: No recuerden lo del pasado, no piensen en lo antiguo; miren que realizo algo nuevo, ya está brotando, ¿no lo notan? Abriré un camino por el desierto, ríos en la tierra árida, para apagar la sed del pueblo que yo formé, para que proclamen mi alabanza. Pero tú no me invocabas, Jacob, ni te esforzabas por mí, Israel; me avasallabas con tus pecados y me cansabas con tus culpas. Yo, yo era quien por mi cuenta borraba tus crímenes y no me acordaba de tus pecados.”
 Yo, pensando en Venezuela y guardando las distancias, sentía que el Señor hablaba, no con Jacob sino conmigo, y me decía Así dice el Señor: No recuerden el pasado, no piensen en lo antiguo; miren que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notan?. Abriré un camino por Venezuela, ríos de esperanza correrán para apagar la sed del pueblo por la democracia, la libertad, la igualdad, la justicia y la solidaridad, porque todos ustedes son hermanos y se amarán los unos a los otros, para que proclamaran mi alabanza y trabajaran para el progreso y el bienestar del pueblo Pero muchos no me escuchaban y me avasallaban con sus divisiones y sus odios. Yo, yo era quien por mi cuenta borraba sus crímenes y no me acordaré de sus pecados, como tampoco deben acordarse ustedes. Vayan y transiten por el nuevo camino que se ha abierto para todos.
                                                                 Antonio Luis Cárdenas Colménter

Mérida, 01/03/l2.