CARTA
A LOS MAESTROS Y PADRES DE FAMILIA I
MEMORIZAR NO SIEMPRE ES
COMPRENDER.
Apreciados colegas y amigos.
En primaria, y de acuerdo
con los criterios de la época, y como yo aprendía de memoria, no fui un mal alumno, pero en el
primer año de bachillerato en el Colegio Salesiano “Santo Tomás de Aquino”, en
Valera, tuve la suerte de tener como
profesor de Biología al padre Ignacio Burk y el libro de texto que teníamos lo
había escrito él. El primer tema era La
Célula, y como yo quería ser uno de los mejores alumnos, me aprendí al caletre
(con puntos y comas) lo que decía el
Padre en su libro. ¿Cuál no sería mi sorpresa cuando me puso cero en el primer
examen?. Al terminar la clase le pregunté si me había puesto ese cero porque
creía que me había copiado, ya que mi
respuesta era exacta a lo que él decía
en su libro y le dije que si quería se lo decía ahí mismo. Él me contestó que ese era mi
error, porque lo que él nos había pedido era que nosotros le dijéramos qué era la célula y no lo que él decía . Me llevó a su cubículo y me dio otro texto escrito por otro autor y
un libro de prácticas- Yo hice la práctica que consiste en hervir un huevo
hasta cuando esté duro y, luego, partirlo por la mitad para ver claramente el
núcleo, el protoplasma y la membrana. Leí el libro escrito por el otro autor
que explicaba lo mismo, pero de otra manera. En la clase siguiente el padre
Burk me pidió que pasara al pizarrón, me dio tizas de colores y me pidió que
pintara una célula y explicara lo que ella es. Yo lo hice y el Padre dijo:
ahora sí sé que usted sabe lo que es una célula, y me calificó con veinte
puntos.
Esa fue una experiencia fundamental para mi, porque me di cuenta
de la diferencia que existe entre memorizar
y aprender. Ejercitar la memoria es importante porque hay
cosas, como nombres y fechas que, por su importancia, debemos recordar como,
por ejemplo, el nombre y la localización de los estados del país, o la fecha
del nacimiento del libertador Simón Bolívar. Pero lo más importante cuando
leemos u oímos una explicación es entender
porque de lo contrario no hay aprendizaje. Esto debemos tenerlo muy en cuenta
los maestros y los profesores, porque no amaestramos a loros, sino que
enseñamos a niños. Cometen un grave error quienes califican mal a un alumno
porque no responde igual a lo que dice el libro o lo que ellos le han
explicado, lo importante es que lo que diga con sus propias palabras esté bien.
Saludos cordiales de su colega y amigo.
Antonio
Luis Cárdenas Colménter
alcardenas@cantv.net
No deje de leerse PIDO LA PALABRA, de Antonio José Monagas, este domingo 8 de enero donde se brinda un análisis del novel blog venido de la pluma del nobel maestro Dr. A.L. Cárdenas. Es intitulado: CUANDO SE VIVE EL MAGISTERIO.
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