domingo, 24 de junio de 2012

CANTIDAD O CALIDAD EN EDUCACIÓN


                          CANTIDAD O CALIDAD EN EDUCACIÓN
                                                            Antonio Luis Cárdenas Colménter

Desde hace bastante tiempo se ha planteado una falsa oposición entre cantidad y calidad en educación. Y digo falsa porque, según mi criterio, las dos cosas deben tomarse en cuenta. El problema se plantea cuando se pretende aplicar el mismo criterio para todos los niveles del sistema educativo, veamos por qué:
Todos los niños, sin excepción y de acuerdo con la edad, tienen el derecho de recibir una educación preescolar y una educación básica de calidad y el Estado tiene la obligación de dárselas, y como hay niños con necesidades especiales debidas a discapacidades psíquicas, físicas o sensoriales, el gobierno debe crear y mantener escuelas especiales para estos niños, con maestros especializados para atender las distintas clases de discapacidad. Los alcaldes, juntas de vecinos y las propias escuelas deben cuidar que ningún niño de la comunidad, en edad escolar, quede fuera de la escuela.
El séptimo, octavo y noveno grados de la educación básica correspondían, de acuerdo con la ley anterior, a los tres primeros años del bachillerato y continúan dándose en los liceos y, por esta razón, miles de niños que viven en pequeñas localidades y que no pueden trasladarse a pueblos o ciudades donde haya liceos, solo pueden estudiar hasta el sexto grado. Para resolver este serio problema es necesario ampliar esas escuelas para crear el séptimo grado y en los dos años siguientes abrir el octavo y noveno grados. Esto debe hacerse en todas las escuelas del país y, a medida que se haga, ir eliminando los tres primeros años del bachillerato..
Una vez que se cumpla lo que establece la Constitución en relación con la obligatoriedad de la educación hasta el noveno grado, debemos pasar a la universalización de la educación media. En este nivel se debe revisar y mejorar, tanto el bachillerato en ciencias y humanidades, el cual debería aumentarse a tres años, como las escuelas técnicas que, bien concebidas y buenos profesores, forman técnicos medios muy competentes para diferentes trabajos.
Como lo dije antes, no solo estoy de acuerdo con que en Venezuela sea obligatorio que todos los niños ingresen a la escuela para que  asistan al preescolar y a la educación básica hasta completar el noveno grado, sino que también deseo que la educación media se universalice. Pero, cuando se trata de la educación superior, me parece un error pretender que todo aquel que quiera ingresar a una universidad o a un Instituto Tecnológico pueda hacerlo. Para admitir a un aspirante en una institución de educación superior, es necesario que presente un examen para comprobar que posee los conocimientos necesarios para cursar la carrera escogida.
En Brasil, donde el presidente Lula implementó un ambicioso programa educativo con el objeto de alcanzar, hacia el 2022, el nivel educativo de los países desarrollados, una de las decisiones más importantes fue la de poner como uno de los requisitos sine qua non para entrar a una universidad el haber aprobado el Examen Nacional de Enseñanza Media, porque en este caso lo importante no es la cantidad sino la calidad.
En cambio, el presidente Hugo Chávez, cuando el 11 de este mes se inscribió como candidato con el deseo de ser reelegido el próximo 7 de octubre, dijo que una de sus propuestas es “Consolidar el derecho constitucional a la educación universitaria para todas y todos, fortaleciendo el ingreso, prosecución y egreso, mediante el incremento en un 90% la inclusión de jóvenes bachilleres al sistema de educación universitaria.” Esto lo dijo porque considera, por razones de propaganda política populista, más importante la cantidad que la calidad. Y no sólo lo dice sino que lo hace y por eso, en sus trece años de gobierno, ha creado universidades y misiones atiborradas de estudiantes sin la necesaria preparación y con profesores a los que les piden como único requisito ser incondicionales al Presidente.
Un país donde no se tomen en cuenta la calidad y los méritos de las personas está condenado a la mediocridad, la pobreza y, en general, al subdesarrollo.

Mérida, 23/06/l2.   

1 comentario:

  1. El escenario que describes en Venezuela es muy triste pero muy real... En primer lugar existen muchas dificultades para los alumnos con menos recursos económicos de continuar sus estudios de bachillerato, luego se gradúan muchos bachilleres sin la necesaria preparación y finalmente no se les ofrece educación universitaria de calidad sino que entran a las carreras a fin de llenar un porcentaje muy alto de alumnos admitidos... ¿Cómo se hará luego para poner a trabajar a tantos que han recibido una defectuosa instrucción universitaria????

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