ESTOY
HORRORIZADO, ESTUPEFACTO
Antonio
Luis Cárdenas Colménter
Es difícil explicar lo que
sentí, y siento, con la noticia que dio el Presidente Chávez en un acto que se
realizó en el Ministerio de la Defensa el miércoles 13 de junio, es decir, hace
dos días. Ahí dijo que en Venezuela, con el apoyo del gobierno ruso, se había
iniciado la fabricación de fusiles, granadas, aviones no tripulados para la
vigilancia, además de pólvora y municiones. Agregó, además, que los fusiles se
llaman Catatumbo y los hay de diferentes calibres. La fábrica tendrá la
capacidad de producir 25 mil fusiles y 60 millones de cartuchos por año.
Días antes había anunciado que
en el próximo período se consolidaría el socialismo (comunismo) y que al menos
el 68% de la población viviría en comunas.
Esto es lo que nos ofrece
Chávez después de trece años de gobierno y haber recibido, durante los doce
primeros años, U.S. $ 988.835 millones por la venta de petróleo y, si le
agregamos los ingresos por otros conceptos, el total sería de U.S. $
1.260.millones que es mucho más de lo que recibieron todos los gobiernos que lo
precedieron desde cuando se fundó la República.(1) Pero no solo eso, sino que,
a pesar de esos cuantiosos ingresos, no se resolvieron los problemas del país,
por el contrario, se han agravado e incrementado. Se han expropiado, en forma
ilegal, fincas y empresas, lo que ha hecho que la producción agropecuaria se haya reducido a
un mínimo que apenas cubre una parte muy pequeña del consumo y ha convertido a
Venezuela en un país cada vez más dependiente del exterior. Se ha incrementado
la violencia a un nivel que supera a casi todos los otros países y cerca del
99% de los crímenes quedan impunes. La división de los poderes públicos no
existe sino en la letra de la Constitución, porque en la realidad su función es hacer lo
que el Presidente ordene, y no solo en este caso se viola la Constitución de la
República, sino en todos los casos en que ella establezca algo que contradiga
cualquier decisión del Presidente. Para no continuar recordando lo que todos
los que vivimos en este país sabemos y sufrimos, con la excepción de quienes
nos gobiernan que impunemente violan las leyes y se enriquecen ilícitamente con
el dinero de la nación, quiero destacar dos hechos que, a mi juicio, revisten
una gravedad que no me permite dejar de mencionarlos: la constante prédica de
la división y el odio entre los venezolanos, y el pretender convertir las
escuelas en centros de adoctrinamiento político para inculcarle a los niños el
llamado Socialismo del siglo XXI y excluir cualquier otra corriente política.
Pero la verdadera Venezuela no
es así y, por eso, el próximo 7 de octubre saldremos de esta pesadilla para
reconstruir la Patria y, con votos, no con balas, impondremos una verdadera
democracia, con libertad, igualdad, fraternidad y progreso para el bienestar de
todos los venezolanos y extranjeros que vivimos en este país, que ha sido y
debe volver a ser, un bello país.
Mérida, 15 de junio de 2012.
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