EDUCACIÓN: NIVELAR HACIA ABAJO
Antonio
Luis Cárdenas Colménter
El editorial de ayer, 09/07/12, en el diario La
Nación de Argentina se refiere al problema que dio origen al título del
presente artículo.
El editorial comienza por decir que: “permitir que
todos los alumnos aprueben primer grado, incluidos los que no están en
condiciones, significa un retroceso.”
El editorialista dice que esta decisión sorprendió a
los argentinos que estaban ante la dura realidad de los datos del Censo 2010
que daban a conocer los bajos rendimientos, alto número de repitientes,
abandono de la escuela y poca inclusión a la secundaria, lo cual era confirmado
por las pruebas de evaluación internacional PISA en matemática y lengua, en las
que Argentina bajó notablemente en el ranking.
Más adelante dice también que ninguna universidad argentina figura entre
las diez primeras de América Latina.
En Venezuela tenemos una experiencia similar, y lo
mismo tiene que suceder en todos los países que igualen a los mejores alumnos
con los de menor rendimiento, ya que esta decisión hace que se pierda el
estímulo para la superación, puesto que lo mismo da estudiar que no estudiar.
En cambio, en aquellos países en que su meta es
nivelar hacia arriba, sucede lo contrario y el Estado, los maestros y las
universidades deben tomar las medidas necesarias para lograrlo.
El Estado debe adecuar las leyes y decisiones, debe
destinar para la educación un presupuesto que preserve la calidad y, muy
especialmente, debe dar a los maestros y profesores un sueldo que se
corresponda con la alta misión que les encomienda: preparar a los niños y
jóvenes para asegurar el bienestar y el
progreso del país en el futuro.
A la vez, los maestros deben actualizarse
permanentemente, revisar su método de enseñanza, relacionarse con los padres de
familia, conocer a cada alumno para ver sus adelantos o sus fallas, dedicarle
más tiempo a los retrasados sin descuidar a los buenos, ver la causa del retraso
para darle el tratamiento adecuado, porque en algunos es la falta de
concentración, en otros que memorizan sin entender, otros que no dominan la
lectura comprensiva, etc. y otros porque no tienen interés y no estudian o
viven en un ambiente inadecuado y a veces porque no tienen una alimentación
suficiente o tienen deficiencias visuales o auditivas.
Los institutos pedagógicos y las escuelas de
educación de las universidades deben adecuar sus currículos a las exigencias de
una educación de calidad que responda a la Sociedad del Conocimiento y la
Información.
La sociedad y el Estado deben estar conscientes de
que la educación de calidad es cara, pero que el no tenerla resulta mucho más
caro y los maestros y profesores deben tener vocación para la docencia y deben hacer su trabajo con amor,
Mérida. 10/07/12
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