martes, 1 de mayo de 2012

NO PODEMOS CALLAR


                                                     NO PODEMOS CALLAR.
                                                                                    Antonio Luis Cárdenas Colménter
Los venezolanos decentes, que somos casi todos, independientemente de nuestras tendencias políticas, estamos horrorizados con la cloaca que el exmagistrado Aponte Aponte ayudó a crear y ahora ha destapado para vergüenza del país. En otros países como en la Unión Soviética o en Alemania cuando estuvieron regidos por gobiernos totalitarios como el comunista o el nazista, sucedieron hechos tan detestables como el que rebeló Aponte y, sin embargo, los rusos y los alemanes no han perdido el aprecio que se merecen. Yo espero que suceda lo mismo en nuestro caso y el mundo sepa diferenciarnos  de esos delincuentes que han mancillado  nuestro gentilicio.
Yo, como educador, me preguntó ¿cómo se puede ser indiferente ante afirmaciones como la de la ministra de educación  quien declaró que la educación en Venezuela tiene que preparar a los alumnos para el socialismo sin tomar en cuenta ninguna otra corriente del pensamiento? Los venezolanos no debemos permitir que nuestras escuelas sean convertidas en centros de adoctrinamiento político para imponer una sola manera de pensar y defender a un líder, “único poseedor de la verdad”, que debe gobernar al país  hasta su muerte o hasta cuando él lo decida y designe a un sucesor.
Entre las medidas de este gobierno para implantar esa educación socialista, están la publicación de los textos que deben ser usados en la educación básica, la prohibición de utilizar cualquier otro texto y la adquisición de unas computadoras llamadas Canaima para que, al igual que los libros de texto, sean entregadas gratuitamente a todos los alumnos. Estas computadoras ya traen lo que los alumnos deben aprender por ese medio, sin permitir el acceso a Internet para que no obtengan ninguna información contraria a lo que el actual gobierno quiere que los niños aprendan. Con este tipo de educación se pretende formar una especie de robots que obedezcan y repitan lo que ordene el tecnócrata de turno. 
Son escuelas para países con gobiernos totalitarios, como el soviético, el nazi, o el que existe actualmente en Cuba, pero la mayoría de los venezolanos preferimos la democracia, la libertad, la honradez. En pocas palabras, queremos que se cumpla lo que en materia educativa manda nuestra Constitución. En nuestras escuelas se deben formar ciudadanos con una sólida base moral, conscientes, reflexivos, críticos, responsables, solidarios, honrados, amantes de la libertad y del trabajo, emprendedores, respetuosos de todas las corrientes del pensamiento, conocedores y cumplidores de sus deberes y defensores de sus derechos, adaptados a la sociedad del conocimiento y la información, capaces de obtener una información que crece de manera exponencial y convertirla en conocimiento. Escuelas en las se prepare a las nuevas generaciones para vivir con plena libertad y capacitadas para producir y distribuir mejor la riqueza que necesitamos para el desarrollo del país y el bienestar de toda la población. Hoy, más que nunca, los padres de familia, los maestros y los  profesores debemos hacer énfasis en los principios éticos que deben  regir la vida de los seres humanos, debemos hacer que nuestros hijos y nuestros alumnos tengan como base de sus vidas la honradez entendida como la rectitud en todo lo que se haga.
Ante crímenes como el referido al comienzo de este artículo no podemos callar y tenemos que tomar partido porque, como dijo Eli Wiesel, premio nobel de la Paz (1986): “Siempre debemos tomar partido. La neutralidad ayuda al opresor, nunca a la víctima. El silencio alienta al torturador, nunca al torturado”, y en este caso la principal víctima fue Venezuela.
Mérida,  30/04/12

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