CARTA A LOS MAESTROS Y PADRES DE FAMILIA IX
LA EVALUACIÓN Y EL ESTÍMULO.
Apreciados
colegas y amigos
La evaluación es indispensable, no solo para promover a los
alumnos de grado, sino también para mejorar el proceso de
enseñanza-aprendizaje. Existen dos tipos de evaluación:
1ª- La que se hace cada día
a los alumnos para medir su rendimiento. Este tipo de evaluación debe tomar en
cuenta no sólo los conocimientos sino también las aptitudes y actitudes de cada
alumno y, en consecuencia, no puede limitarse sólo al resultado de los exámenes
ya que se trata de una evaluación individual, continua e integral. El alumno
que sale mal en un examen, o que no sabe responder una pregunta en clase,
tendrá una mala calificación, pero el maestro o profesor nunca debe destacar
sus errores para desmerecerlo ante sus compañeros u otras personas, por el
contrario, debe animarlo, decirle que con esfuerzo él puede superar sus fallas
y también debe destacar los aspectos positivos que él posea. Nunca se debe
desanimar a un alumno, por el contrario, se le debe estimular para que se
supere. El estímulo permanente es muy beneficioso y puede convertir a un mal
alumno en uno muy bueno y a uno bueno en excelente. Tampoco hay que decirles
que hay materias difíciles, sino que todas se pueden aprender si se estudian
bien. De las escuelas debemos desterrar frases como “es que tú eres muy bruto”,
o “es que esa materia es muy difícil y solo los muy inteligentes pueden
aprenderla”. Es necesario animarlos, decirles, por ejemplo, que no hay nada
difícil para quien se esfuerza. Si el alumno responde bien también se le debe
estimular para que siga así o incluso se supere.
2ª- La evaluación que se hace cada año, o cada dos años, no es
individual sino colectiva. Este es el caso del “Sistema Nacional de Evaluación y Medición del Aprendizaje” que
coordinó la profesora Nelly Chacón de Jiménez y se aplicó por primera vez
cuando estuvimos al frente del Ministerio de Educación. De acuerdo con este
Sistema se debía medir el nivel de aprendizaje en tercero, sexto y noveno
grados de la educación básica. La primera vez que se aplicó fue en 1998 y solo en dos materias:
castellano y matemáticas, pero estaba previsto que se agregarían otras materias
y que se haría cada dos años. Nuestro objetivo era medir el nivel de
conocimientos en esos grados, hacer comparaciones entre las regiones del país,
entre los distintos sectores de la población y con otros países, además de
medir los resultados de la reforma curricular y de los nuevos programas
Lamentablemente este programa no se continuó porque los objetivos del nuevo
gobierno son opuestos a los nuestros. Muchos países, tanto desarrollados como
subdesarrollados, realizan este tipo de evaluación y pueden hacer comparaciones
entre ellos. Recientemente, en el estado Miranda se comenzó a aplicar PISA
(Programe for International Student Assessment) en el cual participan 65
países. Desearíamos que este sistema de evaluación se aplicara, no sólo en el estado
Miranda, sino en todo el país.
Sin un conocimiento del estado de la educación que tenga como base
evaluaciones bien planificadas y confiables, es imposible planificar
eficazmente para corregir las fallas y llegar a tener una educación de calidad
para todos, Además, en nuestro país las estadísticas oficiales no son
confiables, y de ahí que tampoco tengamos una información cierta sobre la distribución por edades y el
crecimiento de la población, ni sobre la situación económica, educativa y de
salud de los diferentes estratos sociales, ni tampoco de la cantidad de hogares
en los que madres solteras, o abandonadas por sus esposos o compañeros, son las
que tienen que ocuparse de los hijos.
En las escuelas donde se realice este tipo de evaluación, los
maestros deben recibir una información detallada sobre los resultados
obtenidos, al igual que una buena orientación para superar las fallas
detectadas. El Ministerio, después que se terminó la evaluación que hicimos,
publicó un libro con las preguntas, los errores cometidos por los alumnos y el
porcentaje de los alumnos que no habían respondido correctamente. Además, el
libro incluye recomendaciones sobre lo que los maestros podrían hacer para que sus alumnos corrijan sus errores y sean
cada vez mejores estudiantes.
Cordiales saludos de su colega y amigo
Antonio Luis Cárdenas Colménter
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