CARTA
A LOS MAESTROS Y PADRES DE FAMILIA X
DESCENTRALIZACIÓN DE LA EDUCACION.
Apreciados colegas y amigos
Venezuela es un país
extenso y muy variado, entre una y otra región o localidad se presentan grandes
diferencias. Además, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
la define como “un Estado federal descentralizado” Por estas razones, es un
absurdo que, sin conocer la realidad y lo que sucede en cada localidad, se
tomen todas las decisiones y se dirijan todas las acciones que atañen a la
educación desde Caracas. Para que
funcione bien, la educación debe ser descentralizada.
El Ministerio de Educación es el órgano rector del sistema educativo encargado de definir las
políticas educativas nacionales; de coordinar, supervisar y evaluar el
cumplimiento de esas políticas a escala nacional, regional y local y de evitar
los desequilibrios entre las regiones, pero debe dejar la ejecución de los
programas a las instancias regionales, municipales y a cada institución
educativa según el caso de que se trate. Por ejemplo, cuando se trata de la
enseñanza-aprendizaje de la Geografía de Venezuela y se estudia la agricultura,
no puede hacerse de la misma manera en el Llano que en Los Andes porque, entre
otras razones, en el primer caso para arar la tierra generalmente se usan
tractores y, en el segundo es frecuente que se empleen yuntas de bueyes.
Tampoco es lo mismo educar en la ciudad que en el campo, o en los sectores de mayores
recursos que en los más necesitados. Los programas deben ser los mismos para
todo el país, pero no deben tomarse como “camisas de fuerza”, sino que el
maestro o profesor debe adaptarlos a las características propias de cada región
o lugar.
Cuando nosotros estuvimos al frente del Ministerio de Educación,
uno de los principales objetivos fue poner en marcha la “Reorganización y Descentralización del Ministerio”. Esto no fue
fácil debido a las características, a la magnitud de este despacho y a lo
delicado e importante que es el servicio
que él presta. Pero, sin embargo, pudimos avanzar bastante porque tuvimos el
apoyo del ciudadano Presidente y de los gobernadores de los estados, y el
programa fue dirigido por un equipo que trabajó en la COPRE para hacer las
propuestas sobre la descentralización en materia educativa. En el Ministerio
este programa lo coordinó la doctora Elena Estaba.
A pesar de las dificultades, cuando entregamos el Ministerio ya se
había aprobado un nuevo reglamento orgánico. Con base en ese reglamento se puso
en marcha una nueva estructura ministerial, la cual contempla la eliminación de
tres direcciones generales, la implantación de nuevas unidades administrativas
y la reducción de personal. Todos los estados estaban involucrados. Lara,
Aragua y Nueva Esparta se encontraban en pleno proceso de asunción de
competencias y Barinas estaba por firmar el respectivo convenio. En cinco estados,
ya se había nombrado una autoridad única para dirigir la educación y eliminar
la duplicación de esfuerzos y de gastos que existía cuando había una Zona Educativa que dependía del Ministerio y
una Dirección de Educación que dependía de la gobernación del Estado. Todos los
programas que se iniciaron en nuestra administración los ejecutaba el
Ministerio junto con las gobernaciones y las alcaldías. La apertura del año escolar,
las estadísticas, el control de estudios, de los colegios privados, de los
programas socioeducativos, entre los cuales estaba el “Programa de Alimentación
Escolar” (PAE) y la elaboración del currículo complementario regional, pasaron
a ser competencia de las entidades federales.
Con las gobernaciones estábamos adelantando el censo del personal
y el inventario de bienes muebles e
inmuebles. Esta información es indispensable para saber qué recursos humanos,
físicos y presupuestarios debería proporcionar el Ministerio a las
gobernaciones y para facilitar la gestión del sector. Para sufragar los gastos
que originaban estos trabajos disponíamos de los recursos financieros que nos
proporcionaba el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), de acuerdo
con el contrato de préstamo firmado, en 1993, entre la República de Venezuela y
dicho Banco, y ya habíamos comenzado a transferir al Distrito Federal y a los
estados Aragua, Barinas, Carabobo, Cojedes, Guárico, Lara, Mérida, Nueva
Esparta y Zulia la cantidad de 1.198.064.424,25 bolívares.
Cordiales saludos de su colega y amigo
Antonio
Luis Cárdenas Colménter
alcardenas@cantv.net
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