domingo, 29 de enero de 2012

CARTA A LOS MAESTROS Y PADRES DE FAMILIA. XIII




            CARTA A LOS MAESTROSY PADRES DE FAMILIA. XIII
                    LA EDIFICACIÓN ESCOLAR Y SU DOTACIÓN.

Apreciados colegas y amigos
La escuela, el colegio y el liceo, deben ser lugares acogedores y funcionales, sitios a donde provoque ir y sea placentero estar. Bolívar, como gran estadista, convencido de que el primer deber del gobierno es darle educación al pueblo, decretó que los mejores edificios debían destinarse “al uso de los colegios de ciencias y artes, y de la escuela primaria…” (Decreto firmado en Chuquisaca el 11/12/1825). Este decreto no lo podríamos cumplir al pié de la letra, pero si deberíamos seguir el ejemplo del presidente Isaías Medina Angarita quien, durante su gobierno y con un plan bien concebido,  mandó a construir numerosos grupos escolares y liceos que son un excelente ejemplo de lo que se debe hacer.

La mayor parte de nuestras escuelas funcionan en casas alquiladas, y a veces deterioradas, que fueron construidas  para viviendas y que, en consecuencia, no reúnen los requisitos necesarios para que en ellas funcione una institución escolar. Otro problema que se presenta es que muy pocos arquitectos conocen los requisitos que deben cumplirse en la construcción de un edificio destinado a la docencia y la “Fundación de Edificaciones y Dotaciones Escolares” (FEDE) no supervisa los que construyen los gobiernos estadales y municipales, ni los que se fabrican para los colegios privados. 

Para la construcción de un edificio destinado a la docencia, lo primero que se debe hacer es la selección del sitio donde se va a edificar, el cual debe estar situado en un terreno firme, de fácil acceso para los alumnos y maestros o profesores y en el cual no haya peligro de que sean afectados por derrumbes o inundaciones. En segundo lugar debe orientarse de manera que el sol no entre directamente a las aulas. En tercer lugar se debe calcular muy bien la capacidad de cada aula, oficina y sitios para los actos culturales y la recreación y, donde las dimensiones del terreno lo permitan, se debe tener una cancha para los deportes y un huerto escolar. Cuarto, la construcción debe ser sólida y cumplir con los requisitos antisísmicos. Quinto, las puertas de las aulas y laboratorios deben abrir hacia afuera para facilitar la evacuación en caso de necesidad, arriba de las puertas de los laboratorios es conveniente que haya una ducha para el caso de que un alumno o un profesor sufra algún accidente en el que necesite ser mojado. Sexto, las ventanas deben ser amplias  para que permitan la entrada de suficiente luz, no deben ser muy bajas para que los alumnos no se distraigan mirando hacia afuera y debe evitarse que si tienen puertas puedan golpear a los alumnos. Séptimo, los techos deben ser altos y de tejas para evitar el calor y, en ningún caso se debe utilizar el asbesto porque es dañino para la salud. Octavo, la estética es muy importante, especialmente en los barrios marginales de las ciudades donde la escuela tiene que ser un ejemplo para esos niños que, generalmente, viven en ranchos con condiciones muy precarias para la habitabilidad.

En cuanto a la dotación, las escuelas, colegios y liceos deben tener todos los materiales necesarios para propiciar una educación de calidad. En los primeros seis años de la educación básica en cada aula debe haber una biblioteca con libros de texto, de consulta y de lecturas amenas de acuerdo con el grado correspondiente. A partir del séptimo grado lo mejor es tener una biblioteca general bien dotada. Los pupitres que se colocan en fila y que son eficientes para la escuela tradicional en la que el maestro dicta y el alumno copia, memoriza y repite, deben ser reemplazados por mesitas y sillas que puedan unirse para el trabajo en grupos y para otros ejercicios didácticos, de manera que los alumnos se vean las caras, intercambien ideas y se conviertan en los principales actores de su aprendizaje. En una escuela activa a la que se va a aprender a aprender para seguir aprendiendo durante toda la vida, el maestro no puede ser un simple dador de clases, por el contrario, debe ser un guía activo, preparado, oportuno, atento a lo que hacen sus alumnos para corregirlos, evaluarlos y orientarlos. De esta manera los alumnos hacen sus tareas en la escuela y no en la casa donde no siempre tienen una persona que los oriente. Esta falta de orientación en el hogar es más grave para los niños de las clases sociales con menos recursos económicos y culturales.

Como no debo alargar esta carta demasiado, no voy a referirme a las dotaciones más obvias, como los programas, los manuales del docente, mapas, esferas, reglas, escuadras, materiales de laboratorio. televisores,  proyectores de diapositivas y de láminas, etc. De la importancia de las computadoras en la educación nos ocuparemos en la próxima carta.

Cordiales saludos para mis colegas y amigos
                                                                  Antonio Luis Cárdenas Colménter
alcardenas@cantv.net



   

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