CARTA
A LOS MAESTROS Y PADRES DE FAMILIA. XXVI
CÓMO HACER UN CUESTIONARIO PARA UN EXAMEN.
Nota: Esta carta la escribo
pensando más en los maestros que en los
padres de familia, pero estos también deberían leerla porque como padres somos
los más interesados en lo que le sucede a nuestros hijos y, por lo tanto, debemos estar pendientes de ellos para
orientarlos y mientras estudian nada mejor que una alianza entre padres y
maestros.
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Hay maestros y profesores que improvisan o no
analizan con la debida atención las preguntas que hacen a sus alumnos y si
estas son confusas o ambiguas, los estudiantes no podrán entenderlas y responderán
en forma errada o de diferentes maneras, en este último caso las respuestas
pueden ser correctas pero, aún siendo correctas, puede que no correspondan a lo
que el examinador quiere saber.
La evaluación es un proceso muy importante y,
en consecuencia, le debemos dedicar suficiente tiempo y mucha atención. Es
necesario tener presente, por ejemplo, el nivel, el grado o el año que cursan
los estudiantes, la materia que ha sido estudiada, si lo que se desea saber es
si los alumnos han memorizado datos que deben recordar siempre como, por
ejemplo, la ciudad y la fecha en que nació Bolívar, o los nombres de los estados
del país y de sus capitales, o si, por el contrario, lo que se desea saber es
si han comprendido algo como, por ejemplo, las razones por las cuáles las
grandes industrias pesadas se localizan al noroeste del estado Bolívar, o
porqué Zulia es el estado con el mayor número de habitantes en Venezuela.
Antes de que los alumnos comiencen a
responder las preguntas, es conveniente recomendarles que las lean todas para
ver si hay alguna que no entiendan bien y para darles las indicaciones que sean
necesarias, entre estas indicaciones deben estar el tiempo de que disponen para
responder las preguntas y revisar lo que han escrito para hacer las
correcciones que consideren necesarias, el valor en puntos de cada pregunta y
cualquier recomendación que sea pertinente.
Después que se les devuelvan los
cuestionarios corregidos y calificados, el maestro o profesor debe destacar
aquellas respuestas más correctas, explicarles porqué las considera bien
respondidas y estimularlos a todos para que estudien más y puedan superarse. A
quienes respondieron mal se les debe aconsejar en privado y nunca desmerecerlos
ante sus compañeros u otras personas y si es necesario, hablar con los padres
o representantes.
Un examen no debe hacerse solo para ver cuáles
alumnos lo aprueban y cuáles no pueden aprobarlo, sino también como un
instrumento para enseñar, orientar y estimular a los alumnos.
Saludos cordiales de su colega y amigo
Antonio
Luis Cárdenas Colménter
Mérida, 28 / 02 / 12.
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