domingo, 29 de julio de 2012

LAS ESCUELAS INTEGRALES DE MÉRIDA


                           LAS ESCUELAS INTEGRALES DE MÉRIDA
                                                            Antonio Luis Cárdenas Colménter
Como lo dijimos en el artículo anterior, las Escuelas Integrales las creó el gobernador del Estado Mérida, Jesús Rondón Nucete, el año 1990, como parte del “Programa para el Mejoramiento de la Educación Preescolar y Básica del Estado”. Los objetivos generales del Programa los podemos sintetizar de la siguiente manera: el afianzamiento de la democracia y el desarrollo de la personalidad, sustituir la escuela tradicional por una escuela activa y sin dogmatismos y desarrollar la reflexión, la imaginación, la iniciativa y la originalidad.
Definición y objetivos específicos.
Las Escuelas Integrales debían atender, en primer lugar, a la población en estado de pobreza crítica clasificada como grupo V por Fundacredesa, en segundo lugar, al grupo IV que comprende la población de pobreza relativa y, por último a todas las escuelas. El objetivo era lograr la superación de la población, elevar su nivel cultural, darle a los niños las bases para que, al terminar sus estudios, pudieran realizar un trabajo productivo y participar del bienestar y la justicia social. Los objetivos específicos eran los siguientes:
1º Lograr la formación integral del niño, tanto en lo intelectual, como en lo biológico y social.
2º Propiciar la  Incorporación de  todos los niños a la escuela y evitar la deserción escolar.
3º Contribuir con la superación de los grupos familiares a los cuales pertenecían los niños de estas escuelas.
4º Integrar la escuela a la comunidad como un factor fundamental para el  desarrollo y para la superación de la pobreza.
5º Servir de instrumento para canalizar los recursos que la Nación, el estado y toda la sociedad destinan para la atención de las clases menos favorecidas de la población y para el desarrollo de las comunidades.
6º Contribuir en la prevención de los delitos.
7º Facilitar la descentralización administrativa del país.
Selección y acondicionamiento de las escuelas.
Para el primer año escolar (1990-91) se escogieron 23 escuelas estadales que atendieran a la población en estado de pobreza, una en cada municipio y una adicional en el municipio Libertador. Estas 23 escuelas tenían carácter experimental y nos sirvieron para mejorar el modelo, evaluar su funcionamiento y precisar el costo promedio de cada una. Por diferentes motivos, su funcionamiento se inició un año después y solo en 20 escuelas. De todas maneras el número de escuelas a incorporar dependería de los recursos disponibles en el presupuesto regional, y de ahí la importancia de la participación del Ministerio de Educación y los posibles aportes del Banco Mundial, de otros organismos y de la empresa privada.
Entre las primeras acciones estuvo el acondicionamiento de los locales. Las escuelas tienen que ser acogedoras y funcionales, un sitio donde provoque ir y ser placentero estar. Los niños de las clases menos favorecidas deben tener en la escuela una compensación en relación con las precarias condiciones de sus viviendas, los techos deben ser de tejas por múltiples razones. No concebimos una escuela sin jardín y, donde el espacio lo permita, debe haber un huerto escolar y una cancha para los deportes. Los pupitres, diseñados como “cepos académicos”, buenos para las escuelas donde el maestro dicta, el alumno copia, memoriza y repite, deben ser remplazados por mesitas y  sillas que puedan unirse de diversas formas para el trabajo en grupos y para otras actividades, como corresponde a una escuela activa y participativa donde el objetivo no es memorizar sino comprender, pensar y crear. Además las mesas sirven como protección en el momento de un sismo.
Las escuelas integrales estaban provistas de todo el material didáctico necesario para una educación de calidad. En este sentido la biblioteca es esencial, pero en estas escuelas la biblioteca central cubría las necesidades bibliográficas de los tres últimos grados y las consultas de los profesores y los miembros de la comunidad. Para el preescolar y los seis primeros grados se crearon las bibliotecas de aula. Una para cada aula de acuerdo con el grado. Estas bibliotecas tenían libros de texto, de recreación y de consulta, así como folletos, revistas y otros materiales didácticos y estaban permitidos los préstamos entre los diferentes  grados.
El personal directivo y docente.
Los maestros son la piedra angular del sistema educativo, puede haber excelentes programas, magníficos locales bien dotados, pero si no hay buenos maestros la educación no será de calidad.
No solo los maestros de las escuelas integrales, sino todos los que dependían del estado, comenzaron a ser escogidos por concursos de oposición en los que se evaluaban los conocimientos y, especialmente, la ortografía, la redacción y la lectura comprensiva. En cuanto a los maestros que ya estaban trabajando, se hizo una cuidadosa evaluación y se mejoraron por medio de seminarios que se dieron los fines de semana. De todas maneras el mejoramiento permanente se debe hacer con todos los docentes, para lo cual se creó el Centro Regional de Apoyo al Maestro, al cual nos referiremos en el próximo artículo.
Como las escuelas integrales trabajaban de 8 a.m. a 4 p.m., los maestros almorzaban con sus alumnos. El que los maestros almuercen con sus alumnos en el aula, es muy importante porque ese es el mejor momento para enseñarles cómo comportarse en la mesa y el porqué es necesario que la comida sea variada para que consuman proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales, es decir, todo lo necesario para la salud. Esto es más importante hacerlo con los niños cuyas familias pertenecen a las clases E y D.
Los docentes de todas las escuelas deben tener una alta mística profesional, pero en el caso de las escuelas integrales, que van más allá de las exigencias de las otras escuelas, se debe tener una motivación muy especial, deben estar conscientes y sentir que están realizando una labor trascendental para la liberación, el desarrollo y la justicia social, y no solo el maestro, sino toda la comunidad debe sentirlo así, particularmente cuando se trata de niños víctimas de la pobreza. Yo pensé que en Mérida se había logrado esa mística muy especial.
Orientación del currículo.
El currículo no podía ser otro que el aprobado por el Ministerio de Educación pero, con el visto bueno del Ministerio, orientamos todas las materias y actividades de acuerdo con cuatro ejes curriculares, modificamos el programa de música y agregamos computación.
Los ejes curriculares.
El primer eje curricular era el dominio de la lengua. Sin este dominio todo el resto del  proceso educativo se ve seriamente comprometido. Consideramos que una de las causas del fracaso de la educación venezolana reside en que nuestra escuela no capacita suficientemente para la lectura comprensiva y no enseña a expresarse correctamente, tanto en forma oral como por escrito. Por esta razón, los tres primeros grados estaban orientados a afianzar este aprendizaje básico y se continuaba, al igual que el hábito o amor por la lectura, a lo largo de los seis años siguientes hasta culminar la educación básica. Los maestros o profesores debían estar conscientes de que el primer objetivo de la educación básica es el logro de un buen dominio de la lengua y de las matemáticas, sin el cual se dificulta el aprendizaje de las demás asignaturas.
El segundo eje curricular era la formación de la Conciencia Ciudadana. Todo alumno que egrese de la educación básica debe tener un conocimiento claro de lo que es Venezuela, de los rasgos fundamentales de su geografía y de su historia, y debe conocer la Constitución de la República, en especial sus deberes y derechos.
El tercer eje curricular era la formación de una sólida conciencia moral. El deterioro de los valores morales, origen de la corrupción, es la principal causa de la violencia y, en general, del deterioro del país. Hay materias que se prestan más para lograr este objetivo, como son la Historia de Venezuela, la Cátedra Bolivariana y Educación Familiar y Ciudadana, pero  todas las materias deben aprovecharse para la enseñanza de los valores humanos y para desarrollar el sentido de responsabilidad.
El cuarto eje curricular era la formación de una conciencia ambiental. Los venezolanos no tenemos el sentido de la conservación, destruimos los recursos naturales y culturales sin mirar su importancia y las consecuencias de su destrucción. Tampoco conservamos los equipos y en general los servicios públicos. Ni en la propia escuela se cuidan las instalaciones y los materiales didácticos.
Música.
El programa de música se modificó en sus partes teóricas que los maestros no dominan, y como la música es fundamental para una educación integral, formamos, por medio de tallares, facilitadores musicales para que en cada escuela crearan y dirigieran un coro, agrupaciones musicales  como las estudiantinas, organizaran una  fonoteca, hicieran conocer y apreciar la música clásica y folklórica. Los coros fueron un éxito y algunos colaboraban con la iglesia del pueblo e hicieron presentaciones en la localidad y fuera de ella.
Con el fin de familiarizar a toda la comunidad escolar con la música popular, folklórica y clásica de calidad, ésta se transmitía a toda la escuela durante los recreos, el almuerzo y en toda oportunidad que no interrumpiera la labor docente. El facilitador informaba a los maestros el programa de estas audiciones y lo ponía en las carteleras.
Computación.
Igual que en música, se prepararon facilitadores y en cada escuela se instaló una sala de computación con un número de computadoras que dependía de la cantidad de alumnos. Las computadoras estaban conectadas con una red junto con una impresora, lo que permitía que los alumnos pudieran imprimir documentos desde su computadora, además de contar con algunos servicios de redes como transferencia de archivos y correo electrónico. El material de trabajo para los niños consistía en un programa de estudio diseñado para la educación básica de nuestro país con unos noventa programas en las áreas de lengua, matemáticas, desarrollo perceptual y otras áreas complementarias, herramientas para los talleres de computación en los que se veía la computadora como objeto de estudio, paquetes de productividad para la creatividad, periódico escolar, etc.  Los instructores tenían un entrenamiento técnico de treinta horas, hacían un taller sobre las escuelas integrales y recibían los programas y el material para cada nivel y, en el Centro Regional de Apoyo al Maestro, tenían talleres para  mejorar permanentemente.
Funcionamiento diurno.
Se eliminó el doble turno según el cual unos niños iban en la mañana y otros en la tarde. En estas escuelas los alumnos comenzaban sus actividades a las ocho de la mañana y terminaban a las cinco de laa tarde. Cada maestro hacía el horario para fijar la hora de cada actividad, pero, generalmente, destinaban las mañanas para el cumplimiento de los programas del currículo aprobado por el Ministerio, y las tardes se dejaban para hacer las tareas que ponían los maestros, los deportes, dibujo, carpintería, trabajo en el huerto escolar, teatro, música, cerámica, visitas a museos, películas o documentales, etc.
Los alumnos de la tercera etapa participaban, en calidad de aprendices, en los trabajos que realizaban los miembros de la comunidad a la cual pertenecía la escuela, o en actividades que preparaban instituciones como el INCE.
Todos los alumnos almorzaban en sus aulas con el maestro, y los alumnos cuyos padres no podían darles el desayuno en sus casas, tenían que llegar a la escuela a las siete y media para desayunar. Para la preparación de la dieta diaria  y para la supervisión de la calidad de las comidas, tuvimos la colaboración de las dietistas del Instituto Nacional de Nutrición y de la Escuela de Dietética de la Universidad de Los Andes.
Para la asistencia médica- odontológica tuvimos la colaboración de las facultades de Medicina y Odontología de la ULA y de los ambulatorios y las medicaturas rurales. Todos los alumnos recibían sus uniformes, zapatos y útiles escolares.
Funcionamiento nocturno.
A partir de las siete de la noche y los fines de semana, se abría la escuela para presentaciones del coro, la estudiantina o el teatro de la escuela, para cursos de alfabetización o educación básica para personas mayores de quince años, charlas o cursos de cooperativismo, educación sexual, manualidades, planificación familiar, prevención del delito y, en general para cualquier actividad que propendiera a la superación y bienestar de la comunidad. Estas actividades eran programadas por la escuela en reuniones con los padres de los alumnos y representantes de instituciones ajenas a la comunidad, ya que esta era la mejor estrategia para involucrarlos y saber quiénes eran los  más interesados. La coordinación de estas actividades estaba a cargo de un maestro o profesor entusiasta y plenamente comprometido con el desarrollo, la justicia social y la superación de la pobreza,
Para que un programa de esta naturaleza funcione, es indispensable que el director de la escuela sea creativo, muy activo, que esté enamorado del programa y cuente con la colaboración de la comunidad, así como de instituciones o empresas ajenas a ella.
La comunidad participaba en el proceso de enseñanza aprendizaje de los niños, especialmente en la educación para el trabajo. Cada escuela tenía un conserje, pero como él trabajaba durante el tiempo de actividades, la comunidad colaboraba en la vigilancia, mantenimiento y mejoras de las instalaciones escolares y cada grado o sección tenía un delegado de los padres o representantes.
El gobernador del estado Mérida fue quien puso en marcha el Programa y le dio aportes sustanciales, pero para transformar todas las escuelas que atienden a los niños pobres en escuelas integrales, se necesita la ayuda nacional, internacional y de las empresas
                                                          ………….
Las escuelas integrales me dieron muchas satisfacciones:
Pude comprobar que si a los niños de los sectores pobres de la población se les dan los mismos recursos para el estudio que tienen los niños de los otros sectores, rinden igual o más que ellos.
 Que los maestros de las escuelas de los sectores pobres (barrios), con un buen programa de talleres o seminarios a cargo de buenos docentes con experiencia que los motive y oriente, en poco tiempo superan sus fallas.
 Logramos que todos los niños de la comunidad se incorporaran a la escuela y eliminamos, o redujimos casi a 0 las inasistencias y la deserción.
 Observamos cambios muy importantes en las comunidades donde había una escuela integral.
Lamentablemente en Venezuela no hay continuidad administrativa y cuando se produce un cambio, por ejemplo, de un gobernador, especialmente si es de otro partido, como sucedió en Mérida, se abandonan los proyectos que estaban en marcha. Con las escuelas integrales sucedió algo que inició su decadencia, como fue el cambio de directores y maestros que conocían y querían el programa. Luego vino el cambio del Presidente y el que lo sustituyó, que es el actual, pretende convertir todas las instituciones educativas en centros de adoctrinamiento socialista.
Esta experiencia también me demostró que para cambiar nuestra educación mediocre por una educación de calidad, que es muy cara, es necesario que al frente del gobierno esté una persona que tenga como prioridad la educación, pero no una educación cualquiera, sino una que responda a las altas y complejas exigencias de la Sociedad del Conocimiento y la Información, para que Venezuela se desarrolle y pase a formar parte del grupo de países del llamado primer mundo.
Las Escuelas Integrales de Mérida pudieron fundarse y funcionar, porque en esa época fue elegido gobernador para dos períodos seguidos, de cuatro años cada uno, el doctor Jesús Rondón Nucete, quien tenía como prioridad la educación de calidad y le dio los recursos necesarios.
Recuerdo que en la reunión de directores y asesores que hizo en la hacienda La Victoria para discutir el presupuesto que debía ser rebajado, todos debíamos colaborar y cada uno decía qué se podría rebajar. Yo dije que lo previsto para el Programa de Mejoramiento de la Educación habíamos calculado justo lo necesario y si había que rebajarlo lo que podía hacer era posponer algunas cosas para el próximo año. Entonces el gobernador dijo: a ese programa no le podemos quitar, porque si no cumplimos con lo prioritario perderemos todo el trabajo que hicimos para que yo fuera gobernador.
 ESO ES LO QUE SE LLAMA PRIORIDAD Y CUMPLIR LO PROMETIDO Y DEBEMOS TENERLO EN CUENTA EL PRÓXIMO 7 DE OCTUBRE.
 Mérida, 29/07/12.

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