sábado, 3 de marzo de 2012

LA IMPUNIDAD


                                                            LA IMPUNIDAD
                                                                                      Antonio Luis Cárdenas Colménter
Varios familiares y amigos me han escrito para felicitarme por lo que escribí en relación con el profeta Isaías. Una de esas personas es un querido primo que me envió un bello mensaje en el que se manifiesta de acuerdo con lo que digo en el artículo, pero me dice que lo que no se debe permitir es la impunidad, y tiene razón porque si no se hace justicia se estimula el crimen y se atenta contra los derechos humanos.
Lo que dijo Isaías está en la Biblia y en ella encontramos también varios ejemplos de severos castigos a quienes actuaban contra la ley de Dios. En el Génesis, por ejemplo, se relata el castigo que recibieron Adán y Eva por su desobediencia. Recordemos la destrucción de Sodoma y Gomorra, dos ciudades caracterizadas por una profunda y generalizada corrupción que se negaron a escuchar lo que les decía Lot para que se enmendaran y tomaran el camino de la salvación, y como último ejemplo, recordemos también que el propio Jesús de Nazaret expulsó a los mercaderes del templo porque estaban profanando la casa de Dios. Estos ejemplos nos demuestran que, sin desconocer la importancia del perdón y la reconciliación, la impunidad es inadmisible cuando se actúa apegado a la justicia. 
Si nos referimos a hechos recientes, encontramos que el 8 de febrero de 2005 la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas promulgó un documento sobre la impunidad.  En ese documento se declara como primer principio que “La impunidad constituye una infracción de las obligaciones que tienen los Estados de investigar las violaciones, adoptar medidas apropiadas respecto de sus autores, especialmente en la esfera de la justicia, para que las personas sospechosas de responsabilidad penal sean procesadas, juzgadas y condenadas a penas apropiadas, de garantizar a las víctimas recursos eficaces y la reparación de los perjuicios sufridos, de garantizar el derecho inalienable a conocer la verdad y de tomar todas las medidas necesarias para evitar la repetición de dichas violaciones.”
Lamentablemente, a pesar de esa declaración y debido a los intereses de los países representados en la ONU, son contados los casos en que esa institución ha tomado medidas para evitar la impunidad, a pesar de que a ella se llevan cientos de casos en los que se incluyen las violaciones que se cometen en nuestro propio país. Pero yo espero que el nuevo camino que se nos ofrece sepa hacer justicia.                                           
Mérida03/03/12
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