viernes, 9 de marzo de 2012

UN NUEVO CAMINO PARA LA EDUCACIÓN EN VENEZUELA


                                    UN NUEVO CAMINO PARA LA EDUCACIÓN EN VENEZUELA
                                                                                    Antonio Luis Cárdenas Colménter
Henrique Capriles Radonski, candidato de la Unidad para las próximas elecciones presidenciales, señala que en su gobierno la prioridad será la educación
Venezuela posee tantos y tan variados recursos que podría ser una de las naciones más desarrolladas del mundo y tener uno de los más altos niveles de vida. Sin embargo, es un país subdesarrollado y, según un estudio hecho en el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello, en el 2007 teníamos 48,7% de la población en estado de pobreza, a pesar de que el precio del barril de petróleo que era de nueve dólares en 1998, en los últimos trece años ha estado por encima de los cien dólares. Esta contradicción se debe a que no somos capaces de utilizar nuestros recursos para producir la riqueza que necesitamos y esto solo se puede resolver con una educación de calidad para toda la población. Pero para alcanzar esta meta no basta con que la educación sea la prioridad para el presidente de la República, también es indispensable que lo sea para la mayoría de la población. Si esto se logra, estoy seguro que Venezuela alcanzaría un desarrollo similar al que hoy tienen algunos países de Asia que hasta hace no muchos años tenían unas condiciones de vida inferiores a las de nuestro país para la misma época.
Para tener una educación de calidad para todos se deben hacer cambios fundamentales en la concepción educativa que tiene el actual gobierno.
Lo primero que debemos hacer es suspender la nociva, obsoleta y determinante influencia cubana porque su objetivo es eliminar la libertad de pensamiento para adoctrinar a los alumnos en una sola manera de pensar, es decir, en una verdad absoluta que todos deben aceptar sin discusión, lo cual explica el porqué se prohibió que en las escuelas se utilicen libros que no sean publicados por el gobierno, así como la dotación de las escuelas con computadoras “Canaima” en las que solo se puede consultar lo que ya ellas traen como información y sin posibilidad de conectarse con Internet. Convertir a nuestros niños en especies de robots que veneren a un líder absoluto y repitan sin pensar y sin entender lo que les ordenan que digan, es un crimen. La orientación de nuestra educación la debemos decidir nosotros de acuerdo con nuestros principios, tradiciones y experiencias, y con las más modernas y exitosas tendencias pedagógicas de la sociedad del conocimiento y la información que caracteriza a los países más desarrollados del mundo. En nuestras instituciones educativas se deben enseñar y respetar todas las corrientes del pensamiento con el objeto de formar ciudadanos para la democracia: reflexivos, críticos, amantes de la libertad, responsables, solidarios y capaces de producir la riqueza que se necesita para el bienestar de la sociedad, el desarrollo del país y el avance del conocimiento. Nuestras escuelas deben, como dice la UNESCO, enseñar a ser, enseñar a hacer, enseñar a aprender y enseñar a emprender, pero todo con la más absoluta libertad.
Este gobierno ha creado programas educativos independientes del Ministerio de Educación. Un nuevo gobierno debe reunificar el sistema educativo bajo la responsabilidad y orientación de ese ministerio y retomar el programa que había iniciado el gobierno anterior para su reorganización y descentralización. De acuerdo con ese programa el Ministerio de Educación, como ente rector, debe establecer las políticas y los programas educativos a escala nacional, supervisar y evaluar el cumplimiento de esas políticas y esos programas, tomar las medidas necesarias para evitar los desequilibrios entre las diferentes regiones y sectores de la población, pero debe dejar la ejecución de las políticas y los programas a los gobiernos estadales y municipales y a las propias instituciones escolares y sus comunidades. Debido a la variedad y complejidad de las actividades educativas es imposible dirigirlas eficientemente desde la sede central del Ministerio sin conocer lo que sucede en cada localidad y en cada escuela. Esa eficiencia solo se puede lograr con la participación y la corresponsabilidad de los gobiernos regionales y municipales y de cada escuela, colegio o liceo, es decir, con la descentralización.
Se debe fortalecer la educación pública y apoyar la educación privada, particularmente aquella que se ocupa de las clases sociales con menos recursos como la que existe en los barrios y en las zonas rurales y la que imparten organizaciones como Fe y Alegría cuya finalidad es dar una educación de calidad a los más necesitados.
A este gobierno no le interesa que se haga una evaluación seria de la educación, realizada técnicamente y con la mayor imparcialidad, porque ella revelaría la verdad y le imposibilitaría mentir para hacer propaganda. En 1998 aplicamos por primera vez elSistema Nacional de Evaluación y Medición del Aprendizaje”. Esta evaluación debe hacerse cada año, o cada dos años, en escuelas cuidadosamente seleccionadas con el objeto de medir el nivel de aprendizaje en tercero, sexto y noveno grados de la educación básica y  comparar los resultados obtenidos en  las diferentes regiones del país, entre los distintos sectores de la población y con otros países. Además necesitábamos saber los resultados de la reforma curricular y de los nuevos programas. Lamentablemente el gobierno actual no lo continúo, pero un nuevo gobierno  debería reimplantarlo o reemplazarlo por otro que persiga los mismos objetivos como, por ejemplo, PISA (Programe for International Student Assessment) en el cual participan 65 países y recientemente se comenzó a aplicar en el estado Miranda. Con este tipo de evaluación  podemos conocer con bastante precisión la calidad de la educación que impartimos y su evolución, las diferencias entre estados, municipios, sectores de la población, podemos hacer comparaciones con otros países y podemos tomar medidas para superar las deficiencias.
Se le deben restituir los objetivos originales al INCE y quitarle las obligaciones que se le impusieron y que entorpecen el cumplimiento de las funciones para las que fue creado. Esta institución al igual que las escuelas técnicas, deben recibir todo el apoyo necesario para que cumplan a cabalidad su importante misión.
Mientras la profesión docente sea considerada como si fuese inferior a las otras profesiones universitarias, no tendremos una educación de calidad. El educador es el más importante de los profesionales, porque de su vocación, preparación, mística y dedicación depende la calidad de los otros profesionales y de la población en general. Ya lo decía Bolívar “Este empleo será el más considerado, y los que lo ejerzan serán honrados, respetados y amados como los primeros y más preciosos ciudadanos de la República.” Pero lamentablemente hoy es todo lo contrario y los salarios que reciben y su seguridad social son la mejor demostración del poco aprecio que les dispensa el Estado. Mientras a los docentes no se les asigne una remuneración y una seguridad social igual o superior a la que reciben otros profesionales universitarios esta profesión no será atractiva y,  como consecuencia, los mejores estudiantes seleccionan otras carreras y un buen número de los que se inscriben para cursarla no tienen vocación para la docencia y lo hacen porque  no están capacitaados para estudiar lo que ellos desean. Otra de las consecuencias es el elevado déficit de educadores, especialmente en las áreas científicas, razón por la que se ha llegado al extremo de graduar bachilleres que no han visto matemáticas, física u otras materias que forman parte del currículo.
 Como tradicionalmente se hacía en Venezuela, se debe permitir la enseñanza religiosa en las escuelas como una materia no obligatoria que debe ser cursada de acuerdo con la fe que profesen los alumnos y con la anuencia de los padres. Para esta materia se deben dejar dos horas libres a la semana.
La selección de nuevos docentes, directivos y supervisores no debe ser hecha como se hace actualmente, sino por concursos para seleccionar a los que tengan más méritos, sin tomar en cuenta factores como la tendencia política, la religión, el sexo o la institución donde hayan obtenido el título.
Se deben sincerar las estadísticas para que la información oficial que en ellas se ofrece sea confiable y se debe desterrar la mentira para hacer propaganda política, un buen ejemplo de esto lo tenemos en la tan cacareada pero falsa información sobre la eliminación total del analfabetismo en nuestro país.
Se deben revisar con todo detenimiento los acuerdos que en materia educativa ha firmado el actual gobierno con otros países, en especial los que se han firmado con Cuba que tienen como su principal finalidad, no declarada, el adoctrinamiento político.

El actual gobierno ha echado por tierra muchos de los valores tradicionales del pueblo. Los venezolanos, con sus excepciones como es natural, rechazamos el irrespeto, la mentira, la vulgaridad, la agresividad y, en general la indecencia y, en consecuencia, nos asombra que altos funcionarios públicos y la televisora del Estado  irrespeten a los ciudadanos, mientan constantemente y lleguen a afirmar que “no hay nada más peligroso que la verdad”, usen palabras vulgares hasta el punto de que cuando hablan por televisión las emisoras privadas tienen que  suprimirlas con un pito y la agresividad ha conducido a la inseguridad. Ante esta situación el próximo gobierno deberá caracterizarse por su decencia, en las escuelas se deberá otorgar mayor atención a los valores que se deberán restituir en el currículo como el  eje transversal más importante.
A las universidades se les debe apoyar y respetar ya que de ellas depende el desarrollo del conocimiento humanístico, científico y tecnológico al más alto nivel, y sin ese conocimiento y sin el apoyo a la investigación y a la creatividad, Venezuela nunca llegará a ser un país libre y desarrollado porque  siempre dependeremos de otros países para la solución de muchos de nuestros problemas. El actual gobierno se ha empeñado en que las mejores universidades del país se estanquen o se paralicen y para ello, desde hace algunos años, les congeló el presupuesto, desconoce los derechos de sus profesores, estudiantes, empleados y obreros, no discute los contratos ni aplica las normas de homologación, se apropia de bienes que pertenecen a  esas universidades y no solo permite sino que apoya a bandas de facinerosos armados que las atacan y destruyen valiosas obras. Al mismo tiempo crea universidades mediocres en las que para ser admitido como profesor, estudiante, empleado u obrero el único requisito es apoyar al gobierno y a la ideología que el presidente quiere imponer. Estas nuevas universidades, o las que ya existían pero que se han plegado al gobierno, gradúan profesionales a granel y sin la debida preparación, como es el caso de la primera promoción de médicos integrales comunitarios que se realizó el 16/02/12 en la que se graduaron 8.129 estudiantes y para esa  fecha estaban entre el primero y el quinto año otros 22.604 estudiantes.
Un cometido bien delicado que tendrá un nuevo gobierno es la evaluación de los conocimientos que puedan haber adquirido, en los diferentes niveles de la educación venezolana, los estudiantes que se graduaron por medio de programas como el de las misiones Robinson, Sucre, Rivas y los que obtuvieron y obtengan el título de médicos integrales comunitarios, ya que se trata de venezolanos que deseaban superarse y fueron engañados y utilizados para hacer propaganda política. A estas personas, en su mayoría jóvenes, debe dárseles una oportunidad para que se preparen debidamente y esos programas deben ser eliminados.
Mérida, 08/03/12.






1 comentario:

  1. Es muy buena la observación que haces con respecto a los graduados en los programas Robinson, Sucre y Rivas, mal llamados programas de educación superior, es una de las cosas que mas mortifica a Andres aquí en Canarias ¿ Que hacer con los nuevos médicos de las misiones integrales comunitarias? Esa gente tiene derecho a trabajar dignamente y a ser formada de manera integra! No se les podrá luego abandonar, Hay que completar su formación, una de las ideas que Andres propone es nivelar esos títulos con el de los técnicos médicos y crear nuevos puestos de trabajo donde sean útiles...
    Ojalá que tus denuncias lleguen a buenuerto y la gente se sume al deseo de hacer desaparecer dichos programas...

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