domingo, 18 de marzo de 2012

QUÉ LE DEJAREMOS A NUESTROS HIJOS, NIETOS Y BISNIETOS


             ¿QUÉ DEJÁREMOS A NUESTROS HIJOS, NIETOS Y BISNIETOS?
                                                                                    Antonio Luis Cárdenas Colménter
Recibí un correo con el contenido de la entrevista que le hizo un reportero de O Globo, Brasil, al jefe de una organización criminal de Sao Pablo. Debido a que las respuestas del entrevistado me han preocupado profundamente, decidí escribir un artículo  para publicarlo en mí blog. En un principio pensé hacer citas de la entrevista, pero finalmente opté por copiar toda la entrevista  y hacer unos pocos comentarios al final.

 ENTREVISTA DEL MEDIO TELEVISIVO O GLOBO EN BRASIL AL CAPO CRIMINAL “MARCOLA”      
Marcos Camacho, más conocido por el sobrenombre de Marcola, es el máximo dirigente de una organización criminal de Sao Paulo (Brasil) denominada Primer Comando de la Capital (PCC).
Las respuestas de Marcola nos aproximan a lo que puede ser el futuro de la delincuencia común  en América Latina. 
                                                                                                                                                                                                                   O  Globo:¿Usted     Usted es  del  PRIMER  COMANDO  DE LA CAPITAL (PCC)?                                      
Marcola: Más que eso, yo soy   una señal de estos tiempos. Yo era pobre e invisible. Ustedes nunca me miraron durante décadas y antiguamente era fácil resolver el problema de la miseria. El diagnóstico era obvio: migración rural, desnivel de renta, pocas villas miseria, discretas periferias; la solución nunca aparecía… ¿Qué hicieron? Nada. ¿El Gobierno Federal alguna vez reservó algún presupuesto para nosotros? Nosotros sólo éramos noticia en los derrumbes de las villas en las montañas o en la música romántica sobre “la belleza de esas montañas al amanecer”, esas cosas… Ahora estamos ricos con la multinacional de la droga. Y ustedes se están muriendo de miedo. Nosotros somos el inicio tardío de vuestra conciencia social.
Globo: Pero la solución sería…                                                                                     
Marcola: ¿Solución? No hay solución, hermano. La propia idea de “solución” ya es un error.
¿Ya vio el tamaño de las 560 villas miseria de Río? ¿Ya anduvo en helicóptero por sobre la periferia de San Pablo? ¿Solución, cómo? Sólo la habría con muchos millones de dólares gastados organizadamente, con un gobernante de alto nivel, una inmensa voluntad política, crecimiento económico, revolución en la educación, urbanización general y todo tendría que ser bajo la batuta casi de una “tiranía esclarecida” que saltase por sobre la parálisis burocrática secular, que pasase por encima del Legislativo cómplice. Y del Judicial que impide puniciones. Tendría que haber una reforma radical del proceso penal de país, tendría que haber comunicaciones e inteligencia entre policías municipales, provinciales y federales (nosotros hacemos hasta “conference calls” entre presidiarios…) Y todo eso costaría billones de dólares e implicaría una mudanza psicosocial profunda en la estructura política del país. O sea: es imposible. No hay solución.
O Globo: ¿Usted no tiene miedo de morir?                                                                
Marcola: Ustedes son los que tienen miedo de morir, yo no. Mejor dicho, aquí en la cárcel ustedes no pueden entrar y matarme, pero yo puedo mandar matarlos a ustedes allí afuera. Nosotros somos hombres-bombas. En las villas miseria hay cien mil hombres-bombas. Estamos en el centro de lo insoluble mismo. Ustedes en el bien y el mal y, en medio, la frontera de la muerte, la única frontera. Ya somos una nueva “especie”, ya somos otros bichos, diferentes a ustedes. La muerte para ustedes es un drama cristiano en una cama, por un ataque al corazón. La muerte para nosotros es la comida diaria, tirados en una fosa común.                             
¿Ustedes intelectuales no hablan de lucha de clases, de ser marginal, ser héroe? Entonces ¡llegamos nosotros! ¡Ja, ja, ja…! Yo leo mucho; leí 3.000 libros y leo a Dante, pero mis soldados  son extrañas anomalías del desarrollo torcido de este país.  No hay más proletarios, o infelices, o explotados. Hay una tercera cosa creciendo allí afuera, cultivada en el barro, educándose en el más absoluto analfabetismo, diplomándose en las cárceles, como un monstruo Alien escondido en los rincones de la ciudad. Ya surgió un nuevo lenguaje. Es eso. Es otra lengua. Está delante de una especie de post miseria. La post miseria genera una nueva cultura asesina, ayudada por la tecnología, satélites, celulares, Internet, armas modernas. Es la mierda con chips, con megabytes.
O Globo: ¿Qué cambió en las periferias?                                                                    
Marcola: Mangos. Nosotros ahora tenemos. ¿Usted cree que quien tiene 40 millones de dólares como Beira Mar no manda? Con 40 millones de dólares la prisión es un hotel, un escritorio… Cuál es la policía que va a quemar esa mina de oro, ¿entiende? Nosotros somos una empresa moderna, rica. Si el funcionario vacila, es despedido y “colocado en el microondas”. Ustedes son el estado quebrado, dominado por incompetentes. Nosotros tenemos métodos ágiles de gestión. Ustedes son lentos, burocráticos. Nosotros luchamos en terreno propio. Ustedes, en tierra extraña. Nosotros no tememos a la muerte. Ustedes mueren de miedo. Nosotros estamos bien armados. Ustedes tienen calibre 38. Nosotros estamos en el ataque. Ustedes en la defensa. Ustedes tienen la manía del humanismo. Nosotros somos crueles, sin piedad. Ustedes nos transformaron en “super stars” del crimen. Nosotros los tenemos de payasos. Nosotros somos ayudados por la población de las villas miseria, por miedo o por amor. Ustedes son odiados. Ustedes son regionales, provincianos. Nuestras armas y productos vienen de afuera, somos “globales”. Nosotros no nos olvidamos de ustedes, son nuestros “clientes”. Ustedes nos olvidan cuando pasa el susto de la violencia que provocamos.
O Globo: ¿Pero, qué debemos hacer?                                                              
Marcola: Les voy a dar una idea, aunque sea en contra de mí. ¡Agarren a “los barones del polvo” (cocaína)! Hay diputados, senadores, empresarios, hay ex presidentes en el medio de la cocaína y de las armas. ¿Pero, quién va a hacer eso? ¿El ejército? ¿Con qué plata?
No tienen dinero ni para comida de los reclutas. Estoy leyendo “Sobre la guerra”, de Clausewitz. No hay perspectiva de éxito. Nosotros somos hormigas devoradoras, escondidas en los rincones. Tenemos hasta misiles anti-tanque. Si embroman, van a salir unos Stinger. Para acabar con nosotros… solamente con una bomba atómica en las villas miseria. ¿Ya pensó? ¿Ipanema radiactiva?
O Globo: Pero… ¿No habrá una solución?Marcola: Ustedes sólo pueden llegar a algún suceso si desisten de defender la “normalidad”. No hay más normalidad alguna. Ustedes precisan hacer una autocrítica de su propia incompetencia. Pero a ser franco, en serio, en la moral. Estamos todos en el centro de lo insoluble. Sólo que nosotros vivimos de él y ustedes no tienen salida. Sólo la mierda. Y nosotros ya trabajamos dentro de ella. Entiéndame, hermano, no hay solución. ¿Saben por qué? Porque ustedes no entienden ni la extensión del problema. Como escribió el divino Dante: “Pierdan todas las esperanzas. Estamos todos en el infierno”. Los Argentinos ya están dentro del sistema nuestro mayor logro fue el garantismo jurídico el progresismo y la corrupción política y policial, ellos pronto estaran peor que nosotros porque tienen la guerrilla ya instalada que apoya cualquier tipo de caos.”
Comentarios.
Yo considero que en el diagnóstico que hizo “Marcola” sobre las causas que dieron origen a la violencia que hoy nos azota, hay cosas en que él tiene bastante razón. A la pobreza no se le dio  importancia y se dejó crecer hasta convertirse en uno de los mayores y difíciles problemas que tenemos que solucionar. Una de las características de la América Latina es la gran injusticia que existe en la distribución de la riqueza entre los diferentes sectores de la población. Las clases sociales pobres (D y E) han ido creciendo y se han incrementado aun más con las migraciones del campo a las ciudades donde se concentran en barrios o villas miseria, mientras que la clase social con mayores recursos (A) se enriquece cada día más y la clase media (C), que es la base fundamental para una sociedad más justa, se ha estancado. La eliminación o reducción de la pobreza a un número lo más pequeño posible, no ha sido, ni es, una prioridad para los gobiernos. Además, medidas como la de las expropiaciones al margen de la ley y la falta de subsidios a los productores han incrementado la escasez de productos, lo cual unido a otras decisiones igualmente equivocadas, como el control de precios, han incrementado la inflación en nuestro país hasta llegar a ser la más alta del Continente durante los últimos cinco años (en el 2008, según cifras del FMI y del Banco Central de Venezuela, la inflación fue del 28,9%). Esta elevada inflación es aún mayor en el rubro de los alimentos y afecta en especial a los más pobres. En Brasil se han comenzado a tomar medidas positivas, en cambio en nuestro país a los pobres se les ensalza en los discursos, se les fortalece la conciencia de clase, se les dice que ser pobre es bueno, se les hace creer que tienen el poder, se les contenta con dádivas o servicios de segunda, pero no se les estimula ni se les proporcionan los recursos necesarios para que salgan de la pobreza, porque mientras existan y se puedan engañar, se utilizan como un instrumento  político para mantener en el poder a un autócrata que domina todos los otros poderes públicos. El resolver este problema, es decir, reducir la pobreza al mínimo posible e implantar verdaderos gobiernos democráticos debe ser una de las metas a alcanzar por los próximos gobiernos. En lo que no estamos de acuerdo con Marcola es en que para hacerlo se necesita una “tiranía esclarecida”, al contrario, lo que se necesita es una democracia verdadera, al frente de cual esté un estadista con una larga visión de futuro y con voluntad política para acabar con la corrupción y con las desviaciones de un exagerado burocratismo que nos ata las manos.

Marcola acierta también en muchas de las cosas que dice que se deberían hacer, pero agrega que para eso se necesitarían muchos millones de dólares, lo cual es cierto. Venezuela ha tenido esos millones de dólares en los trece años del actual gobierno como consecuencia de los altos precios del petróleo y de los cuantiosos préstamos que ha recibido, pero el presidente los ha regalado y sigue regalando a otros países o los malgasta en la compra de chatarra bélica para tratar de impresionar con pomposos desfiles militares. Además del subdesarrollo y de la fuga de cerebros, quedará una deuda de tal magnitud que pesará sobre varias generaciones. Entre las cosas que Marcola señala para una solución (que él considera imposible) está la necesidad de una revolución educativa y, en otra parte de la entrevista, dice que ellos se educan en el más absoluto analfabetismo y se diploman en las cárceles. Esto también tiene mucho de verdad y los próximos gobiernos deben tener como su principal prioridad dar a toda la población, y en especial a los más pobres, una educación de calidad. Igualmente, nuestras cárceles deben convertirse en  centros de orientación y educación para el trabajo para que quienes fueron condenados por haber cometido un delito, salgan de ellos  como ciudadanos respetables, útiles para la sociedad y para el desarrollo del país.

Queda mucho de esa entrevista para reflexionar y comentar, pero yo prefiero detenerme aquí en espera de que mis lectores hagan sus propias reflexiones y comentarios.

Mérida 17/03/12.

2 comentarios:

  1. Me he quedado sin palabras... Lo que has puesto aquí es muy duro y llamativo.. Vivimos en un mundo que no llegamos a comprender del todo, suponemos que existen ciertos problemas en cuanto a economía, política, relaciones Interpersonales, desarrollo social e individual y llega un individuo como el entrevistado y nos muestra un mundo totalmente desconocido y peligroso, en el que nos encontramos todos los días... Pasa a nuestro lado e ignoramos su alcance... Como podemos protegernos y proteger a nuestros hijos?

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  2. Si se puede salir de esto con educacion y dando posibilidades a la gente de desarrollarse.

    La mejor manera de proteger a los hijos es con una buena formacion, la mejor posible......educacion

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