domingo, 29 de enero de 2012

CARTA A LOS MAESTROS Y PADRES DE FAMILIA. IX




                          CARTA A LOS MAESTROS Y PADRES DE FAMILIA IX
                             LA EVALUACIÓN Y EL ESTÍMULO.
 

Apreciados colegas y amigos
La evaluación es indispensable, no solo para promover a los alumnos de grado, sino también para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Existen dos tipos de evaluación:

 1ª- La que se hace cada día a los alumnos para medir su rendimiento. Este tipo de evaluación debe tomar en cuenta no sólo los conocimientos sino también las aptitudes y actitudes de cada alumno y, en consecuencia, no puede limitarse sólo al resultado de los exámenes ya que se trata de una evaluación individual, continua e integral. El alumno que sale mal en un examen, o que no sabe responder una pregunta en clase, tendrá una mala calificación, pero el maestro o profesor nunca debe destacar sus errores para desmerecerlo ante sus compañeros u otras personas, por el contrario, debe animarlo, decirle que con esfuerzo él puede superar sus fallas y también debe destacar los aspectos positivos que él posea. Nunca se debe desanimar a un alumno, por el contrario, se le debe estimular para que se supere. El estímulo permanente es muy beneficioso y puede convertir a un mal alumno en uno muy bueno y a uno bueno en excelente. Tampoco hay que decirles que hay materias difíciles, sino que todas se pueden aprender si se estudian bien. De las escuelas debemos desterrar frases como “es que tú eres muy bruto”, o “es que esa materia es muy difícil y solo los muy inteligentes pueden aprenderla”. Es necesario animarlos, decirles, por ejemplo, que no hay nada difícil para quien se esfuerza. Si el alumno responde bien también se le debe estimular para que siga así o incluso se supere.

2ª- La evaluación que se hace cada año, o cada dos años, no es individual sino colectiva. Este es el caso del “Sistema Nacional de Evaluación y Medición del Aprendizaje” que coordinó la profesora Nelly Chacón de Jiménez y se aplicó por primera vez cuando estuvimos al frente del Ministerio de Educación. De acuerdo con este Sistema se debía medir el nivel de aprendizaje en tercero, sexto y noveno grados de la educación básica. La primera vez que se aplicó  fue en 1998 y solo en dos materias: castellano y matemáticas, pero estaba previsto que se agregarían otras materias y que se haría cada dos años. Nuestro objetivo era medir el nivel de conocimientos en esos grados, hacer comparaciones entre las regiones del país, entre los distintos sectores de la población y con otros países, además de medir los resultados de la reforma curricular y de los nuevos programas Lamentablemente este programa no se continuó porque los objetivos del nuevo gobierno son opuestos a los nuestros. Muchos países, tanto desarrollados como subdesarrollados, realizan este tipo de evaluación y pueden hacer comparaciones entre ellos. Recientemente, en el estado Miranda se comenzó a aplicar PISA (Programe for International Student Assessment) en el cual participan 65 países. Desearíamos que este sistema de evaluación se aplicara, no sólo en el estado Miranda, sino en todo el país.   

Sin un conocimiento del estado de la educación que tenga como base evaluaciones bien planificadas y confiables, es imposible planificar eficazmente para corregir las fallas y llegar a tener una educación de calidad para todos, Además, en nuestro país las estadísticas oficiales no son confiables, y de ahí que tampoco tengamos una información  cierta sobre la distribución por edades y el crecimiento de la población, ni sobre la situación económica, educativa y de salud de los diferentes estratos sociales, ni tampoco de la cantidad de hogares en los que madres solteras, o abandonadas por sus esposos o compañeros, son las que tienen que ocuparse de los hijos.

En las escuelas donde se realice este tipo de evaluación, los maestros deben recibir una información detallada sobre los resultados obtenidos, al igual que una buena orientación para superar las fallas detectadas. El Ministerio, después que se terminó la evaluación que hicimos, publicó un libro con las preguntas, los errores cometidos por los alumnos y el porcentaje de los alumnos que no habían respondido correctamente. Además, el libro incluye recomendaciones sobre lo que los maestros podrían hacer para  que sus alumnos corrijan sus errores y sean cada vez mejores estudiantes.

Cordiales saludos de su colega y amigo
                                                        Antonio Luis Cárdenas Colménter

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