sábado, 4 de febrero de 2012

CARTA A LOS MAESTROS Y PADRES DE FAMILIA. XV.

 

                        CARTA A LOS MAESTROS Y PADRES DE FAMILIA. XV
                                    LOS VALORES ÉTICOS Y LA EDUCACIÓN-


Apreciados colegas y amigos
Todo ser humano desea ser feliz, pero la felicidad depende de varios factores, entre los cuales están los valores éticos que determinan la manera de actuar de cada persona y caracterizan a la sociedad. Nosotros, en esta oportunidad, nos referiremos solo a los que atañen a las personas individualmente, porque su conocimiento constituye uno de los objetivos de la educación y, a su vez, determina los valores de la sociedad.

Los valores siempre han sido objeto de estudio en las instituciones educativas, pero en el mundo de hoy, y particularmente en nuestro país, azotado por los antivalores, su importancia es aún mayor. En el currículo que aprobamos e implantamos cuando estuvimos al frente del Ministerio de Educación, el estudio de los valores constituye uno de los cuatro ejes transversales, ya que consideramos que, por su importancia, no debía limitarse a una sola asignatura, sino que debía ser objeto de estudio en todas las materias y durante toda la educación básica. Uno de los “Cuadernos para la Reforma Educativa Venezolana” se titula, precisamente, “La Educación en los Valores. Un Reto Compartido”. Existen muchos valores éticos que deben poseer las personas, nosotros nos referiremos a algunos de los que consideramos más importantes si tomamos en cuenta la situación actual del país.

El primero es el derecho a la VIDA. El artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamados por la ONU dice que “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. Pero en nuestro país, de acuerdo con el Observatorio Venezolano de la Violencia, en el año 2011, cuando aún faltaban cuatro días para que comenzara el nuevo año, ya se habían registrado 19.366 asesinatos, es decir, un promedio de 53 por día y muy rara vez se identifica y castiga a los culpables. El derecho a la vida plantea un problema muy debatido cuando se trata del aborto o de la eutanasia, porque en estos casos intervienen criterios éticos, religiosos, médicos, sentimentales y legales.  

El segundo es la PAZ, a escala mundial, nacional, regional y local, pero también en la escuela, en la familia y en la conciencia de cada persona. La paz depende de otros valores como la CONVIVENCIA, la SOLIDARIDAD, el RESPETO, la TOLERANCIA, la JUSTICIA, la EQUIDAD, la RESPONSABILIDAD y el PERDON.

El tercero es la LIBERTAD INDIVIDUAL que es el primer derecho proclamado por la ONU que textualmente dice: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.”  Nuestra Constitución también lo contempla en el Artículo 20: “Toda persona tiene derecho al libre desenvolvimiento de su personalidad,…”. Aquí es necesario destacar la libertad de opinión y de expresión (Art. 19 de la Declaración de la ONU).

El cuarto es la JUSTICIA. Todas las personas debemos obrar según la justicia y la razón y, al hacerlo, propiciamos la convivencia que es otro valor. La justicia ante la Ley está contemplada en el artículo 26 de la Constitución de la República, el cual establece que “Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses…” y agrega: “El estado garantizará una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles.”

El quinto es la HONRADEZ, entendida no solo como lo opuesto a la corrupción, que es uno de los anti-valores que hoy nos azota, sino como la manera recta, intachable, que debe caracterizar la actuación de todas las personas.

El sexto es La VERDAD que, de acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española editado por la Real Academia es “la conformidad de lo que se dice con lo que siente o piensa”. Yo me preguntó ¿cómo se puede confiar en una persona que dijo por televisión que “no hay mayor peligro que la verdad”?.

Son muchos los valores que se deben estudiar, pero como en esta carta no debo extenderme demasiado, recomiendo que en el hogar y en la escuela o liceo se consideren muchos más, entre ellos el AMOR y la FE.

Cordiales saludos de su colega y amigo

                                                          Antonio Luis Cárdenas Colménter

alcardenas@cantv.net

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